Cada vez es más complicado resumir en unas cuantas líneas la vida de uno estos gigantes de la música y Tchaikowsky es uno de ellos.
Hijo del segundo matrimonio de un ingeniero de minas, que se casa con una joven francesa Alexandra Andreivna d´Assier, católica de origen francés, bella, sensible e inteligente, ella le da a Piotr sus primeras lecciones de piano, desgraciadamente, muere de cólera y deja a su hijo en una angustia y soledad imposibles de describir.
La música nunca le abandona y lucha desesperadamente por sobreponerse a lo que el creía era indolencia y debilidad de carácter. Pero Piotr sentía por su madre un amor profundo, que al sentir su falta no lo pudo nunca reemplazar; el cariño y veneración que por ella tenía, hizo que no pudiera sentir atracción por el sexo femenino, aunque siempre le tuvo profundo respeto. Escribió bellas melodías para voces femeninas y tuvo la inmensa suerte de ser el protegido de una muy rica dama, que le ayudó económicamente durante gran parte de su vida.
En 1852 vio una representación del Don Juan de Mozart y esto le cambia completamente, “Debo a Mozart el haberme dedicado a la música”.
Tchaikowsky estudia derecho y trabaja en el Ministerio de Justicia de San Petersburgo, pero eso no le impide oír música, llenarse de lo que en esos momentos estaba en auge en europa, sobre todo la italiana con óperas de Verdi.
Cuando se inaugura el Conservatorio de San Petersburgo con Anton Rubinstein al frente, pianista de fama internacional, Tchaikowsky renuncia a su cargo ministerial y se inscribe en el conservatorio.
Para pasar el examen escribe su famosa Oda a la alegría, que no tuvo mayor éxito.
En fin, lo que vengo diciendo desde que empecé a escribir sobre música, no se puede resumir en tan cortas líneas la vida de estos genios, lo más importante es oír alguna de las composiciones que le dieron fama mundial, su sinfonía No. 6 la famosísima Patética, la obertura Romeo y Julieta, sus conciertos de piano, algunos de sus muy famosos ballets, El Lago de los Cisnes, partes de su gran ópera Eugenio Onieguin.
Una especie de frenesí se ha apoderado de mí. Durante tres días he vivido atormentado, torturado por una tal superabundancia de ideas que no tenía ni el tiempo ni la fuerza suficiente para transcribirlas. Hubiese deseado acabarlo todo en una hora, como ocurre a veces en los sueños. LA GRAN MÚSICA, EDICIÓN ESPAÑOLA, ASURI DE EDICIONES,S.A.
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