La primera relación sexual

mujerLas mujeres por lo general, y sobre todo en países como el nuestro, nos han metido en la cabeza que debemos ser sumisas, aguantarnos todo y ser puras.

Esto a diferencia de lo que a los hombres les han inculcado. A ellos se les festeja y se les aplauden muchas fechorías que son consideradas signos de virilidad, con frases como “el hombre llega hasta donde la mujer quiere”, dejándolo libre de toda responsabilidad.

Las mujeres, en cambio, tenemos que morir apedreadas con el rechazo, la crítica, la incomprensión y la marginación. Este miércoles quise tocar el tema de la primera relación sexual. Antes hablar de esto era un tabú, hoy en día ya no lo es, sino que más bien se volvió algo normal, un tema común que a su vez se ha tomado a la ligera. Muchas cosas han influido para que los jóvenes se lancen a la vida sin temor y busquen cosas que satisfagan sus anhelos de libertad y de felicidad.

En esta búsqueda, y sobre todo en materia de sexualidad, por desgracia, muchos de ellos piensan poco, sólo desean obtener pronto lo que se les antoja. Las consecuencias… ¿qué son las consecuencias? Ya habrá tiempo para preocuparse de ellas. Esto aunado a la falta de información auténticamente sana y orientada a ayudar a los jóvenes hacia su felicidad, conduce a éstos a fracasos a veces irremediables.

El pudor, la dignidad de la mujer y el valor del matrimonio como sólida base para la familia, son temas que ya no se toman en cuenta, ya que son considerados anticuados y pasados de moda porque hacen a la mujer ser más vulnerable que el hombre. Siendo esto, a mi manera de ver, equivocado ya que tanto los varones como las mujeres deben de considerar la castidad y la fidelidad ante todo. Muchas lágrimas que pudieron evitarse son derramadas cuando todo lo que queda es una dignidad hecha pedazos, un desengaño y a veces un embarazo que no estaba planeado.

En estas situaciones, la que normalmente carga con toda la responsabilidad casi siempre es la mujer y no sólo ella, sino que en caso de que se haya producido un embarazo, se llega a una realidad que no puede ofrecer a un nuevo ser la seguridad y el calor de un hogar estable, el amor de unos padres que le amarán. Una vez dadas las circunstancias, muchos gritan, estúpidamente y sin pensar que la única solución es el aborto…

Mejor hay que usar la cabeza y buscar las causas de estos desórdenes para proponer soluciones que puedan evitar estas cosas antes de que ocurran. Sabemos que en la mayoría de las revistas de hoy en día, así como en las películas, libros, etcétera, de lo único que hablan es de sexo, pero con morbo. Jamás se habla del sexo con toda su carga de belleza espiritual, de potencial humana que capacita a la persona para amar. Nunca se les habla a los jóvenes de la posibilidad de convertirse en esposos y padres, ni se les dan consejos prácticos para ello.

Pienso que mientras el sexo se reduzca siempre al placer de un momento, los jóvenes no se podrán hacer ilusiones de que amarán y de que serán amados. Ya que esta reacción es únicamente una respuesta a los instintos.

La primera relación sexual es importantísima, todos lo sabemos, pero primero hay que preguntarse si tenemos la vocación de convertirnos en pareja y en padres. No podemos permitir que ésta se convierta en un trauma. Hay que pensar que debemos prepararnos muy bien para el momento de entregar todo nuestro ser al hombre o a la mujer de nuestra vida, pero no buscando satisfacer a nuestro egoísmo.

No nos dejemos llevar como “borregos” por todo lo que dicen los demás. Sólo en la medida en que aprendas a valorarte en tu sexualidad y en toda tu persona podrás convertirte en un hombre o en una mujer feliz.

Nos leemos la semana que entra para que no quedarnos atrás y ver hacia delante.

 

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