Problemas de conducta en niños deben ser tratados con prontitud

30% de la población infantil, en México, padece algún tipo de trastorno emocional y de conducta. Se requieren estrategias de ayuda basadas en la autoestima y apoyo familiar.

México, D.F. Abril, 2011.- En el marco del mes del niño, Carlos Becerra Rebelo, experto en psicología conductual, informa que los trastornos en la niñez deben ser tratados con seriedad y prontitud. Y es que de cada 100 niños, alrededor de 20 padecen problemas emocionales y conductuales de consideración, en tanto 10 presentan severos conflictos.

Esto equivale a que cerca del 30% de infantes sufre de algún tipo de trastorno. Ante ello, el especialista informa que la falta de diagnósticos y, por ende, de tratamientos, origina que dichos padecimientos se transformen en la edad adulta, afectando importantes áreas de su vida.

En este sentido, el también Coordinador de Maestría en Ciencias de la Familia de la Universidad Anáhuac Sur, señala que los problemas identificados varían de acuerdo a la edad, sexo, género, raza, cultura y situación económica. Sobre este último aspecto, refirió que en nuestro país, el 50% de la población vive en condiciones de pobreza, caracterizadas por escasa educación familiar, desnutrición, recursos limitados, exposición a violencia, entre otros aspectos que afectan considerablemente a la población infantil.

Sin duda, a mayores conflictos del entorno, mayores problemas de conducta, indica el especialista. En cuanto al género se reconoce que la expresión de las posibles patologías varía si se habla de una niña o de un niño, aunque en ambos, si no se tratan de manera oportuna, padecerán otro tipo de enfermedades significativa en su adultez. Para el psicólogo infantil, es necesario que al identificarse algún tipo de trastorno en el niño, la familia ofrezca, junto con expertos, estrategias tempranas de ayuda y sobre todo, facilite la comunicación eficaz para que se adopten habilidades de solución de problemas, basadas siempre en la autoestima y autoeficacia.

Destaca que en la medida en que se atiendan los trastornos, con prontitud, el niño será capaz de aprender a construir relaciones sanas tanto al interior de su núcleo familiar como con personas que no forman parte de él. También el ámbito escolar se verá reforzado y tendrá las herramientas para afrontar diferentes etapas de vida.

“Lo que no ocurrirá si no se ofrece la debida atención a sus problemas de tipo emocional y conductual”, finaliza Becerra Rebelo.

Fuente: Lucía Rincón/ lrincon@1tad.net

 

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