El secretario de Educación Emilio Chuayffet ha declarado que ya no se aplicará la prueba ENLACE en México este año y que se le sustituirá por otra en 2015. En diversas ocasiones ha mencionado las razones: la corrupción en los resultados, porque no representa la realidad educativa del país, porque equivocadamente se asoció la prueba ENLACE con los estímulos económicos a los maestros. Incluso el secretario Chuayffet ha dicho que ya no le corresponde a la SEP sino al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) el realizar ese tipo de pruebas y que es mejor desvincular la evaluación de la remuneración de los maestros.
La prueba ENLACE es una prueba censal, es decir, que está destinada a aplicarse a todos los alumnos de todas las escuelas del nivel o niveles que se pretenden evaluar, que en este caso son las escuelas primarias, secundarias y de educación media superior de todo el país. Otras pruebas son las muestrales, como la de PISA, que se aplican a muestras estadísticas de la población que se quiere estudiar.
La prueba ENLACE se concibió para medir el estado de la educación en las escuelas del país en español, matemáticas, ciencias, etc. La prueba no estaba pensada para establecer una comparación o ranking entre las escuelas, grupos o alumnos, tampoco estaba destinada a evaluar el trabajo de los maestros, ni el puntaje que da como resultado cada prueba se pensó para dar lugar a una calificación. En ese sentido hay que decir que el uso original de la prueba fue desvirtuado por el gobierno de Calderón y que el secretario de Educación actual tiene toda la razón de señalar estos defectos, pero no son de la prueba, sino de su empleo tergiversado.
Pero esta prueba si nos servía y nos seguiría sirviendo para establecer un diagnóstico y un seguimiento del avance, estancamiento o retroceso de la educación en ciertos aspectos muy puntuales, aunque no para evaluar la educación en todo su valor integral. Entonces no hay por qué echar a la basura todo lo realizado y suspender su aplicación.
Si se prestó a corrupción la aplicación de la prueba ENLACE solamente había que regresarla a su cauce original y castigar a quienes hayan falseado resultados. Pero de hecho si la prueba ya no se aplica bajo la expectativa de que influirá en la remuneración de los maestros ni para determinar quién o qué escuela o estado está mejor que otro, dejará de incentivar actos de simulación. El problema de emplear la prueba ENLACE como instrumento para evaluar a los maestros es que sea el único instrumento y un instrumento que no fue diseñado para eso.
Sin embargo, como lo ha señalado el director de la asociación Mexicanos Primero, David Calderón, los hechos tramposos para alterar el resultado de la prueba se redujeron a no más del 5%, lo que no le quita la validez a los datos que arroja. También se ha desmentido el argumento que en un momento mencionó el secretario en el sentido de que en la aplicación de 2013 de la prueba algunos estados habían brincado a ocupar mejores lugares, como Chiapas, cuando no es creíble que eso pueda haber sucedido en realidad sin haber ocurrido una alteración de los resultados. Más se ha aclarado por parte de las organizaciones civiles que le han dado seguimiento a la prueba ENLACE, que casos como el mencionado se deben a una mala interpretación de sus resultados.
Hay que advertir, se enfrentan en este debate dos posturas diferentes, la de la OCDE y otros expertos internacionales que recomiendan asociar la remuneración de los maestros a los resultados que obtengan en su aprendizaje los alumnos para estimular el mejoramiento de la calidad educativa. La otra que rechaza esto y que está representada por la UNESCO, la CNTE, y algunos sectores de izquierda ligados a la investigación y a la docencia en la formación de maestros y de profesionales de la educación. Esta última posición es la que parecen compartir algunos de los nuevos funcionarios que ocupan la SEP, como la subsecretaria de Educación Básica.
La reforma legal realizada por el cambio del artículo 3º constitucional tenía por objeto principal asociar la remuneración y permanencia laboral del magisterio a la evaluación de los resultados obtenidos por los maestros con sus alumnos. Si el secretario o sus subordinados no están de acuerdo con que se utilice la evaluación de los resultados de los alumnos para determinar el mejoramiento salarial de los maestros y su permanencia en el servicio, lo que están haciendo es enterrar la reforma en los hechos y aliarse a la postura de quienes se han opuesto a ella desde el principio, la izquierda radical, la CNTE.
Art. 3º. Párrafo III
“…La ley reglamentaria fijara los criterios, los términos y condiciones de la evaluación obligatoria para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio profesional con pleno respeto a los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación.”
La prueba ENLACE, o una semejante, debe continuar sirviendo para medir el pulso y la marcha del sistema educativo en los aspectos académicos. Pero la evaluación de los maestros para incentivar su superación y el mejoramiento de la calidad educativa debe ser realizada mediante diversos métodos, a través de otros instrumentos, además de una prueba, instrumentos de distinta índole, todos los que puedan brindar una imagen más completa del trabajo y los resultados de cada maestro, considerando sus circunstancias de trabajo.
El secretario dijo que a la SEP ya no le corresponde hacer evaluaciones como ENLACE, sin embargo, aunque falta claridad, en el artículo 3º. al crear el INEE no se especifica que la función de evaluar sea exclusiva de este organismo. Y la ley que rige las facultades de la SEP, la Ley General de Educación, actualmente menciona que le toca evaluar concurrentemente junto con los gobiernos de los estados. Falta esperar la modificación que se haga a la legislación secundaria para que se aclare esta situación.
En conclusión, resulta preocupante la decisión tomada por la SEP que apunta en la dirección opuesta a la reforma, que no se tomen las medidas correspondientes a los hechos para enderezar la aplicación de la prueba ENLACE, que los enemigos de la reforma puedan estar en la misma SEP, y que se deseche la prueba ENLACE con argumentos no sostenibles. ¿Eso querrá decir que estamos en otro de los vaivenes sexenales en la educación acostumbrados por muchos años y que estamos en riesgo de un nuevo “borrón y cuenta nueva” en materia educativa para empezar desde cero? ¿Será la consulta sobre el modelo educativo un verdadero instrumento para mejorar nuestro sistema educativo? ¿O será el pretexto para justificar el “sexenio nuevo, políticas educativas nuevas” sin tomar en cuenta lo ya hecho?
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