Reflexiones médicas (y no médicas) sobre el DIU

México DF, Diciembre, 2012.Un médico explica en su clase: “El mecanismo de acción del Dispositivo Intrauterino (DIU) es el de producir inflamación en el interior del útero; esto tiene 2 acciones para evitar el embarazo: la principal, consiste en destruir los espermatozoides antes de que lleguen a fecundar un óvulo; la secundaria, impedir la implantación de  un óvulo fecundado”. Su alumno pregunta: ¿Existe entonces la posibilidad de que sea un método abortivo al impedir la implantación del óvulo fecundado? El especialista responde categóricamente que no, y que además, no se les puede decir esto a las pacientes, pues las desanimaría de utilizar este método.

En un nivel estrictamente médico, el dispositivo Intrauterino (DIU) es un artefacto, generalmente en forma de T que se introduce en el útero (de ahí el nombre de intrauterino). En la actualidad contiene microdosis de cobre que se liberan de manera prolongada e impiden el embarazo, principalmente por los mecanismos que se han explicado. Cerca de 100 millones de mujeres en el mundo lo usan para controlar su fertilidad, sin saber, quizá, que es un método que no está exento de riesgos, debido a las complicaciones que puede generar su inserción, y a los efectos secundarios que de ésta, pueden generarse.

“Uno de sus principales riesgos es la perforación uterina”, explica el Dr. Joaquín Ruiz, medico Gineco-obstetra. “Esta puede ser temprana (asociada al momento de la inserción) o tardía, por quedar parcialmente incrustada en el miometrio, pudiendo migrar y ubicarse en órganos importantes como el  intestino, la vejiga, el apéndice y los ovarios; situación que puede incluso, comprometer la vida de la paciente”. Además, continua el especialista “existe el riesgo de que el DIU pueda predisponer a infecciones pélvicas, sobretodo en pacientes con infecciones vaginales e infecciones de transmisión sexual al momento de la inserción; situación que puede darse fácilmente, sobre todo si consideramos que en países como el nuestro, no es una práctica habitual realizar pruebas específicas para detectar estas infecciones, previo a su colocación. Esta falta de precaución a la hora de colocarlo, puede generar una enfermedad pélvica inflamatoria que compromete -en primera instancia- la fertilidad posterior de la paciente y, en casos más graves, hasta su vida”.

Para el médico, la percepción que actualmente se tiene del embarazo en la sociedad, hace que se combata con un sin número de métodos farmacológicos que se sitúan por encima de  las consideraciones éticas de salud de quienes los utilizan. “Por ello es importante que las mujeres que se deciden por algún método para controlar su fertilidad estén lo suficientemente informadas al respecto, pues se trata de su cuerpo, de su salud sexual y de una fertilidad que puede verse afectada a futuro. Ese sería el ideal, sin embargo, la realidad es más dura y compleja, pues tendríamos –como médicos responsables- que decir a la paciente cosas como: mira, si utilizas tal o cual método, aumentas el riesgo de trombosis… pero evitas casi al 100% el embarazo; o este otro que aumenta el riesgo de presentar infecciones de transmisión sexual,… pero también evita el embarazo y sí, aumenta el riesgo de infertilidad… pero mejor, así menos te embarazas”.

Fuente: www.1tad.net

 

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