Ricky Martín: pedofilia, abuso y desordenes que envuelven la práctica homosexual

Enrique Martín Morales mejor conocido como Ricky Martín, fue denunciado a principios del mes de julio, por su sobrino en los cargos de violencia doméstica. El muchacho afirma haber mantenido una relación sentimental de meses con el cantante y haberse dado la ruptura hace un par de meses. Trasciende que dicho familiar era, además, menor de edad; víctima de acoso, razón por la cual la jueza Raiza Cajigas emitió una orden de protección contra el cantante. La primera audiencia se llevo a cabo el 21 de julio, en la cual el afectado desistió de continuar con la demanda. ¡Inocencia! No, con la acusación retirada, únicamente se evitó ir a juicio, el caso fue archivado. El cantante no ganó nada. Lo justo a una mentira es una demanda por difamación, pero tampoco la hay.

Muchos de los que apoyan a Ricky Martín en su reciente escándalo de abuso a su sobrino y menor de edad, argumentan que el abuso existe también en las familias naturales y que, solo por tratarse de un homosexual es que los medios de comunicación “se ensañan”. Este argumento lo hacen dolosamente porque le defienden desde el estiércol que es el abuso y estupro. Todo ello no es defendible en ningún caso. La lógica que usan es que una persona que practica la homosexualidad también ama y por ello tiene derecho a formar una familia. Pero la familia y los hijos no son un derecho. Debe tenerse claro que las “familias” que forman los homosexuales existen por haber manipulado la naturaleza, los medios de comunicación, las leyes y la ciencia. Se erigen sobre aquello roto: heridas profundas, traiciones, amores abandonados, promiscuidad, abuso, responsabilidades evadidas. El cantante como el lobby homosexual defiende todo desorden.

Pero cualquiera con un poco de cordura no puede llamar al abuso y al estupro, amor. Ambos muy presentes en las relaciones homosexuales cuando tantos jovencitos son iniciados por hombres adultos de edad madura. Philippe Ariño intelectual franco español que practicó la homosexualidad, refiere que, el 90% de las personas homosexuales han tenido problemas con sus padres, sea por conflicto o ausencia de relación. Así mismo indica que en el ambiente homosexual hay mucha violencia y tiene 90 amigos homosexuales que fueron violados en ese medio ya de por sí, promiscuo. Un medio en el que la violación se disfraza de amor y muchas veces no se ve. Refiere que al tener parejas de menor edad se excusan diciendo que sus novios jóvenes son muy maduros para su edad, pero la realidad es otra ya que niegan la diferencia de sexos y niegan la diferencia generacional. Es por ello que la diferencia de edad en las parejas homosexuales es mucho más notable que en las parejas hombre-mujer. Y no es raro que muchos descubran su inclinación desordenada en un contexto de pedofilia.

Volviendo al caso, el cantante en días pasados criticaba a los padres de familia que no llevaban a sus hijos a ver la película Lightyear producida por Disney y Pixar en la que se muestra a dos mujeres dándose un beso: “Esa gente que piensa que sus hijos se van a volver gays por ver Lightyear, póngales documentales de Einstein a ver si también se les pega la inteligencia que no adquirieron por genética”. El cantante cometió lo que se conoce como falacia de falsa equivalencia que es un argumento lógico erróneo que consiste en asumir que dos elementos son iguales o equivalentes. Aclaremos simplemente que la inteligencia es la capacidad que tenemos de razonar, aprender y tomar decisiones a partir del conocimiento que se adquiere. Pero la homosexualidad es una conducta en la que el sujeto rechaza el sexo con el que nació para adoptar una conducta contraria a su identidad biológica. Y como conducta, la homosexualidad puede influenciar a los niños y adolescentes. 

Y esa burla a los padres de familia viene del mismo que dijo que le gustaría que sus hijos fuesen homosexuales y que, independiente de si pagó o no a las mujeres que los llevaron en su vientre y los parieron, las utilizó. Justo oigo a muchos católicos decir en su defensa: «¡Los heterosexuales también alquilan vientres para traer a sus hijos!». Por desgracia así es, matrimonios que en su afán por tener hijos han caído en ese grave error y desde ya deberían saber la inmoralidad del acto y el pecado grave que implica la manipulación de la vida humana. Ricky Martin contribuye a la explotación del ser humano que convierte a los bebés en objeto de compra-venta, eligiendo sus características físicas, sexo, inteligencia y salud; contribuye a un nuevo estilo de prostitución y tráfico de personas, explotando a las mujeres por su capacidad reproductiva. Todo ello en contubernio con la “ciencia” a través de la fecundación in vitro que supone la eliminación de seres humanos en estado embrionario. Un negociado millonario. 

Muchos piensan que es exageración decir que los homosexuales buscan pervertir a los niños y jóvenes cuando «todo lo que quieren es una familia» porque «love is love». Pero es verdad que el lobby homosexual busca adoctrinar a los niños, desde exponerlos tempranamente a la convivencia entre homosexuales, llevarlos a marchas LGBTI, imponer las clases con Drag Queens, ver películas infantiles donde se muestra este afecto desordenado, hasta encaminarles a tener esas inclinaciones. Es aquí donde el adulto que sabe lo que es correcto y no, debe actuar; no se puede enseñar a los niños que los actos homosexuales son moralmente lícitos como no se les enseñaría que esta bien comer estiércol. Debemos hablar con la verdad, que el amor complementario entre hombre y mujer es lo normal. Al dejar la vía libre a la ideología de género, se llevan a cabo las peores aberraciones contra la familia, los niños y la vida humana; una ideología que tiene por ícono a este cantante puertorriqueño que las ha puesto en práctica.

Las relaciones homosexuales, la violencia, el estupro, la promiscuidad, la pedofilia, la fecundación in vitro, los vientres de alquiler, la homosexualización de la niñez, y el orgullo presente en todo ello, en modo alguno puede ser llamado Amor…

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