Estamos al borde de la categoría “chatarra” en la calificación de la deuda, tanto de Pemex como de la CFE y con perspectiva negativa, también estamos advertidos de una posible baja en la deuda del gobierno federal tan sólo arriba de grado de inversión, dos niveles.
Las calificadoras son muy importantes, tanto así, que el mundo entero de las inversiones les hace caso, si no tienes el nivel igual o mayor a grado de inversión, ni siquiera te voltean a ver; no importará qué opinen o piensen el Presidente, el Secretario de Hacienda o cualquier funcionario del gabinete, ya que cuando pierdes el grado de inversión el dinero simplemente se va y dejas de estar en el mapa mundial de las inversiones. Hoy, paradójicamente –cuando más dinero hay en bonos del gobierno federal en manos de extranjeros– esto encuentra su fundamento en dos aspectos: La altísima tasa de interés que tú, yo y todos los mexicanos pagamos, 8.5%, esto es 4.5% puntos por arriba de inflación y eso porque tenemos grado de inversión otorgado por las calificadoras, si no tuviéramos la calificación mínima aprobatoria, ni pagando el 15% logramos retener la inversión; y por otro lado la estabilidad macroeconómica.
Nos encontramos en un círculo vicioso entre Pemex y Gobierno Federal, en donde los problemas de la primera se “traspasan” a la segunda, y así la segunda también empieza a verse afectada; de ahí que la perspectiva hoy sea negativa. Pero dejando las críticas y yéndome a las propuestas, propongo:
PEMEX.- Un nuevo plan de negocio basado en explotación y exploración, invirtiendo lo poco que hay en lo que más deja. Reanudar la Reforma Energética que el gobierno tiene parada, continuar licitando pozos en aguas profundas en donde sí hay, pero no tenemos dinero ni sabemos cómo extraerlo. Es de aquí de donde puede venir flujo, dinero para sacar de esta crisis a la petrolera. Contratar desde la Secretaría de Energía, Dirección de la Paraestatal y puestos clave, a gente de experiencia y capacidad probada; la ignorancia, desconocimiento y necedad de la actual plantilla energética, la estamos pagando caro. Por último cancelar las refinerías, no las necesitamos; hay capacidad de sobra para hacerlo en México y EEUU con las que ya existen, a precios competitivos.
México.- El crecimiento económico nos amenaza con tener una pésima recaudación al crecer menos el PIB –que ya se estima sea de 1.7% en el mejor de los casos para el 2019– la recaudación cae, no voy a poder convencer a nadie de que el presupuesto cambie de asistencia social y clientelar; pero lo que sí se puede hacer para que el socialismo no esté peleado con la estabilidad macroeconómica del país, es actuar con responsabilidad y no gastar más de lo que se tiene así como no endeudarse. Siendo realistas hay dos caminos para recaudar más: Subir los precios de la gasolina, cosa que se ve complicada porque el Presidente se comprometió a no aumentarla más que la inflación; o bien hacer una verdadera Reforma Fiscal, gravar el consumo y dejarse de banalidades. Una Reforma Integral sería bajar el ISR a contribuyentes cautivos, personas y empresas, esto los haría más rentables y productivos, competitivos permitiendo ampliar la base de empleos formales. Por otro lado generaría un mayor gasto y consumo, que al gravar lo que está exento, provocaría un efecto positivo en la recaudación total.
No veo en la agenda del Gobierno Federal esta Reforma, pero se está volviendo un callejón sin salida; es políticamente incorrecta e impopular, se contrapone a las inconmensurables dádivas y asistencialismo.
Debe de venir pronto una división o choque entre la avasalladora fuerza mayoritaria de Morena; hay gente muy poderosa e influyente que entiende esto, y gente también poderosa e influyente que lo quiere y pretende ignorar.
Si no queremos perder la estabilidad macroeconómica, es urgente hacer lo aquí expuesto. No hay mal que dure 100 años, y “sobre advertencia no hay engaño”!
@juansmusi
Marzo 6, 2019
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.