Sonido de Libertad: Los niños de Dios no están a la venta

José Zuñiga lleva a sus dos hijos a un casting musical, para descubrir horas más tarde, que fueron secuestrados para explotación sexual. Tim Ballard (Jim Caviezel) es un agente del departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos que se dedica a capturar pedófilos. En un caso particular queda conmovido después de rescatar al hijo de José y decide buscar a su hermana Rocío viajando hasta Cartagena, Colombia. Su esposa (Mira Sorvino) lo alienta a rescatar a los niños. Monta un operativo ayudado por la policía local, por Vampiro (Bill Camp) y por Pablo Delgado (Eduardo Verástegui). Rescata a poco más de cincuenta niños pero lamentablemente la pequeña Rocío no se encuentra entre ellos. Deberá continuar su búsqueda, una empresa que podría costarle la vida, pero está decidido a llegar a las últimas consecuencias.

La película fue estrenada en EEUU el 4 de julio, un detalle importante tomando en cuenta que este país celebra el día de su independencia siendo unos de los mayores consumidores de pornografía y el mayor consumidor de sexo infantil a nivel mundial. Cuenta con un elenco de primer nivel: Jim Caviezel, Bill Camp y Mira Sorvino. Enfrentó grandes obstáculos: antes de encontrar a Jim Caviezel, 20 actores habían rechazado el papel protagónico; fue grabada en 2018, pero debido a problemas de distribución con Fox Internacional y la absorción por parte de Disney que la congeló, se estrenó hasta el presente año al ser rescatada por Angel Studios. Producida por Eduardo Verástegui y dirigida por Alejandro Monteverde, refleja el crimen de la explotación sexual infantil en el mundo. Con un modesto presupuesto de 15 millones de dólares, la película ha recaudado una suma hasta ahora de 200 millones de dólares.

El revuelo ha sido tal que la gente al salir de las salas de cine, se grabó a sí misma para dar su opinión sobre el impacto que les había causado. Celebridades del espectáculo como Mel Gibson, Alejandro Sanz, Luis Fonsi, Martha Higareda se han sumado; en el ámbito de la política el ex presidente Donald Trump, Nayib Bukele con funciones especiales. Uno de los objetivos de la producción fue precisamente crear consciencia y eso no podía suceder sin que se tocaran fibras sensibles de los espectadores, particularmente cuando se llega a saber que un niño puede ser vendido hasta 10 veces en un solo día, durante años y después de ello –si aún vive- entra al tráfico de órganos. Al crear consciencia del problema tan grave sobre la trata infantil, comprendemos que no debemos esperar a que nos suceda para actuar.

Esta impactante película tiene tres puntos de quiebre para el espectador:

El primero, cuando Tim solicita a su jefe tomar el caso de Rocío para encontrarla y éste rechaza su solicitud, Tim le responde: “No puedo. No creo que usted entienda lo que estoy pidiendo. Verá, este trabajo, te hace pedazos y esta es mi única oportunidad de juntar esos pedazos de nuevo”. Tim quedó conmovido por el caso, jamás se había detenido a pensar en el destino de los niños víctimas de tráfico de personas, él se ocupaba únicamente de los traficantes. A veces, limitarnos a realizar lo que nos corresponde no es suficiente, algunas situaciones ameritan ir más allá para ayudar a otros.

El segundo momento llega cuando Tim cuestiona a “Vampiro” acerca de por qué salva niños de manera clandestina pudiendo dedicarse a la actividad delictiva que le había llevado a la cárcel, éste le relata la anécdota de cuando contrató una prostituta para descubrir que tan sólo era una niña de 14 años motivo por el que estuvo a punto de suicidarse al ser consciente del crimen horrendo que había cometido contra aquella niña. Termina por responder la pregunta de Tim con palabras abrumadoras: “Si había un momento para preguntarse si Dios existe, fue ese. (…) Cuando Dios te dice lo que tienes qué hacer, no puedes dudar”. Aquellos que han tenido que ver de algún modo con este crimen, tienen una posibilidad de arrepentirse, actuar y redimirse. Todos necesitan ser salvados. Es además un golpe de realidad a aquellos que defienden la prostitución como un derecho de la mujer, no lo es; la prostitución es esclavitud.

Y el tercer momento llega cuando Tim pide ayuda a Pablo para llevar a cabo la operación donde esperan encontrar a Rocío y al mismo tiempo salvar a 50 niños: “Este es el crimen internacional con más rápido crecimiento que el mundo haya visto. Ya ha sobrepasado el tráfico de armas y pronto sobrepasará el tráfico de drogas, ¿sabes por qué? Porque sólo se puede vender una bolsa de cocaína una vez, pero un pequeño inocente puedes vender a uno de 5 años de cinco a diez veces al día, durante 10 años seguidos. Y todos los días la gente no quiere oírlo, es muy feo para una conversación educada, pero mientras tanto a millones de niños se los devora la parte más oscura del infierno. Créeme amigo si no hacemos nada… su dolor se extenderá y se extenderá hasta que algún día de alguna manera te llegará y será una pesadilla de la que nunca despertarás”.

Éstas palabras parecieran dirigidas al cinéfilo, son las más emotivas y estremecedoras, porque ¿Qué hacemos usted y yo para contrarrestar ese infierno que devora a los niños? ¿Cuántas veces hemos mirado hacia otro lado cuando hay un tema de suma crudeza en la mesa? Esa evidente omisión de la que nadie hablamos pero de la que ahora adquirimos plena consciencia, nos rompe. Una película edificante en la que el corazón se conmueve e impele a la conciencia a actuar. Y todos podemos hacer algo para acabar o reducir este crimen: cuidar a los niños, sean propios o extraños; denunciar el abuso de menores; ayudar a las organizaciones que se dedican a buscar personas extraviadas; adoptar espiritualmente a una víctima; hacer oración por las familias que pierden a un ser querido en este crimen execrable. Podemos hacer mucho, tenemos el deber insoslayable.

Nunca debemos subestimar lo que vemos, sea en una sala de cine o en las plataformas de internet. Consumir por consumir nos vuelve estúpidos, nos faltamos al respeto cuando nos permitimos ver lo que sea, so pretexto de tener una “mente abierta” cuando deberíamos marcar la diferencia con cada entrada pagada a las salas de cine, pues le decimos a la industria lo que queremos ver y eso será lo que obtendremos. Con “Sonido de Libertad” queda claro una vez más, que el cine es un arma muy poderosa con la cual se puede influir para bien en las personas. Familias enteras sufren por este crimen nefando, restauremos el orden en cada rincón al que vayamos y recordemos al mundo que los hijos de Dios no están a la venta

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