Durante años se discutió en nuestro país la posibilidad de distribuir gratuitamente la Píldora del Día Después (PDD), incluso a menores de 14 años sin el conocimiento y/o consentimiento de los padres. Finalmente después de muchas “idas y venidas” se aprobó definitivamente su distribución. La discusión fue monopolizada por los aspectos sanitarios (eventual aumento explosivo de embarazos no deseados y abortos), científicos (¿es o no abortiva?), y jurídicos (potestad del tribunal para resolver este tipo de casos, etc.). Sin embargo, poco se habló de otra dimensión del problema, a saber: la antropológica y por extensión ética. Dicho de otro modo,sobre el “día después” se debatió mucho, pero acerca del “día antes”, muy poco.