“El espejo que no miente a la persona que lo mira”

Una vez más Transparencia Mexicana como todos los años, publica el índice de corrupción mundial. Transparencia Internacional (TI), es la única organización no gubernamental a escala mundial dedicada a combatir la corrupción, colabora en la sociedad civil, sector privado y los gobiernos en una vasta coalición global.

 

Algo que es muy significativo, y que muy posiblemente sea la razón de los resultados en las elecciones de Francia, y ya veremos qué sucede en los demás países en donde de igual manera habrá sufragio, es la advertencia que hace en esta publicación 2011 TI en la cual sugirió que las manifestaciones en todo el mundo, relacionadas en muchos casos con hechos de corrupción y con la inestabilidad económica, son una muestra clara de que los ciudadanos consideran que sus líderes e instituciones públicas no son suficientemente transparentes ni rinden cuentas de manera adecuada.

Pero en este sentido, me pregunto que si solamente el problema recae en la clase política e instituciones públicas o también incluye a la imagen que día tras día se refleja en nuestro espejo. Ciertamente, es imprescindible hurgar en el interior de cada hogar, de cada familia, de cada persona. Es más, es necesario que nos demos cuenta si quiénes viven con nosotros son en realidad personas y no hemos caído en la ola de deshumanización constante que vive nuestro planeta. Despersonalización que nos hace olvidar vivir al servicio de los demás.

Puesto que como bien lo señaló la Presidenta de TI en este 2011 vimos referencias a la corrupción en los reclamos de los manifestantes, tanto de origen rico como pobre. “En una Europa golpeada por la crisis de la deuda, y en un mundo árabe que se asoma a una nueva era política, los líderes deben tener en cuenta los reclamos que exigen un gobierno más efectivo”, señaló Huguette Labelle.

Al respecto, es importante mencionar que en México vivimos una crisis que pudiera parecer similar, ya que la gente está harta de la corrupción que permea en nuestro país, sin embargo, y a pesar del desencanto pareciera ser que quien tiene fuertes posibilidades de volver al poder, es el partido que durante más de siete décadas impuso un régimen que no del todo malo, ya que hay que reconocer que hubo avances en materia de creación de instituciones, terminó su poderío de dictadura disfrazada, en corrupción, abusos y omisiones graves que nos han llevado a cosechar el deterioro social que hoy día vive esta nación.

Cabe destacar, que los doce años que ha administrado el poder el segundo partido más antiguo de México, posiblemente no haya aprovechado al máximo la gran oportunidad que en el año 2000 se presentó, sin embargo, me atrevo a decir que el deterioro ha sido tal que no bastarán más de cincuenta años para que podamos revertir el abandono de esas instituciones que debieron de haberse fortalecido, que se restituya el grave abandono al campo, a los pobres y que aquellos que padecen pobreza alimentaria (Ni comer tienen), puedan vivir una vida digna.

Al respecto, vamos viendo con números el índice de TI que evalúa a 183 países y territorios con una puntuación entre 0 (percibido como sumamente corrupto) y 10 (percibido con menores niveles de corrupción) según los niveles de percepción de corrupción de los países. Utiliza datos de 17 encuestas que analizan factores como aplicación de leyes contra la corrupción, acceso a la información y conflictos de interés.

Dos tercios de los países clasificados obtuvieron una puntuación inferior a 5. En la primera posición se encuentra Nueva Zelanda, seguida por Finlandia y Dinamarca. Los últimos lugares lo obtienen Somalia y Corea del Norte (incluida por primera vez en el índice). Lamentablemente, el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) para México nos ubica en la posición 100 de 183 países, con una calificación de 3.0 en una escala donde 0 es la mayor percepción de corrupción y 10 la menor percepción de corrupción. México presenta una mayor percepción de corrupción con un cambio nominal de una décima, lo que de acuerdo con TI no representa un cambio estadísticamente significativo.

Finalmente, TI compara a los países del Continente Americano y señala que México se ubica en la posición 20 de 32 países evaluados por el índice. Si se compara con los países que integran el grupo de los 20 (G20), México se ubica en la posición 16 de 19 países evaluado (la Unión Europea no es considerada en bloque para el IPC) con resultados similares a los de Indonesia y Argentina. Por debajo de estos países sólo Rusia presenta mayor percepción de corrupción en el G20. Si se le compara con Brasil, India, China y Rusia, el llamado grupo BRIC, México ocuparía la cuarta posición, sólo seguido de Rusia. En América Latina el país mejor ubicado en el IPC es Chile en la posición 22 a nivel global y una calificación de 7.2, lo que le ubica casi 80 lugares por encima de México. Entre los países OCDE, México ocupa la posición 34 de 34 países evaluados.

Datos, números, cifras, estadísticas que no mienten que nos reflejan crudamente que hemos fallado como sociedad, porque no es problema exclusivo de los gobernantes, sino que es un problema de la comunidad en general. Todos hemos corrompido de alguna u otra manera la vida que hoy transitamos. Y lo anterior, es un problema principalmente que se encuentra en el interior de las familias. “Cual es la familia, tal es la nación, porque tal es el hombre” Juan Pablo II alguna vez dijo en una de sus homilías, lo que nos repite que si no creamos personas en nuestra familia, desintegramos a la sociedad.

Existe una deshumanización total, en donde todo lo que se hace espera recompensa; en los matrimonios, hijos con padres y viceversa, en las escuelas, en las empresas, en los gobiernos, en general. No hemos sabido manejar este mundo materialista en donde los padres salen a trabajar horarios extenuantes para poder obtener aquello que el mercado nos dice en la actualidad es lo que todo el mundo debería de tener.

La corrupción ha sido gestada por haber olvidado que en la familia se educan personas, no objetos de intercambio. Y este hecho de deshumanización hace que nos vendamos al mejor postor, incluso que sacrifiquemos una unión de sangre, una relación paterno-filial. Triste pero es cierto, pero vamos a despertarnos mañana y miremos fijamente el reflejo en el espejo, reflexionemos y demos cuenta de que somos personas y como tal debemos de considerar a los demás para de esta forma evitar seguir quebrantando este mundo que no necesariamente tiene que cambiar, porque es maravilloso, sino es imprescindible mejorarlo. ¿Lo hacemos juntos?

Nos leemos la semana que entra para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

Fuente: http://www.transparenciamexicana.org.mx/

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