Está por iniciar el año 2019, y la mejor manera de comenzar es con augurios de concordia y armonía. La paz es un deseo, un don de lo alto, y a la vez una tarea. ¿Qué está verdaderamente en nuestras manos para obtenerla?
Sin embargo, la paz en el mundo no es sólo responsabilidad de los políticos y militares, porque es también una tarea de cada persona, que consiste en implementar las “tres dimensiones inseparables de la paz interior y comunitaria” (Ibidem). Veámoslas a continuación.
A veces, ante estas equivocaciones, que en ocasiones nos pueden doler mucho, por lo mucho que nos hacen perder, el Papa nos da un gran consejo: rechazar “la intransigencia, la ira, la impaciencia” y teniendo “un poco de dulzura consigo mismo”, para ofrecer “un poco de dulzura a los demás”. (Ibidem)
En su viaje a México (febrero, 2016), el Papa empleó un “neologismo” –muy característico de él– para explicar esta realidad del encuentro con el otro, que tiene necesidad de ser entendido. Se trata de la “escucho terapia”. Como sabemos, el “precio” es alto, pues se trata de ser generosos con nuestro tiempo, para dedicarlo a escuchar a fondo al otro, especialmente a los de nuestra propia casa.
Por eso, la tarea por la paz también consiste en redescubrir la “grandeza del don de Dios”. Se trata de no considerar al planeta como una gran bodega de materias primas, sino como un regalo común que debemos cuidar, aceptando “la parte de responsabilidad que corresponde a cada uno de nosotros, como habitantes del mundo, ciudadanos y artífices del futuro”. (Ibidem)
Epílogo. El deseo de paz para este nuevo año nos lleva a invocar a Dios o a expresar buenos deseos de armonía y concordia. Que este mismo anhelo nos impulse también a poner en práctica estas tres tareas, que sí están en nuestras manos, para que venga la paz. ¡Bendiciones para este ya inminente 2019!
@FeyRazon lfvaldes@gmail.com
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