Trump ¡no estires la liga!

Esta semana es crucial para definir el ritmo que podría observarse en las economías de EEUU y China, pero también del resto del mundo; sabemos que hoy existe un impuesto a 200 billones de productos chinos en los EEUU a los que el Presidente Trump les ha gravado una tarifa del 10%, y de no llegar a un acuerdo comercial este  próximo viernes, dicha tarifa aumentaría un 25%. Lo más obvio es pensar en los estragos y daño que haría en las dos economías involucradas, pero el perjuicio sería mucho más profundo en una perspectiva global.

Hay quienes piensan que de desatarse la guerra comercial, México sería beneficiado porque nos haríamos más competitivos que los chinos y nos abriría mercado; esto es cierto en parte, pero es un beneficio a corto plazo porque al final el consumidor norteamericano estaría pagando más caro y por lo tanto el ritmo de esa economía decrecería, al bajar el ritmo de EEUU también merma el ritmo de la economía mexicana.

Otra forma de ver lo dañino que puede ser para el mundo este conflicto comercial  es que muchos productos que se elaboran en distintos países tienen componentes chinos, por lo que el precio de ese producto final se encarecería y no sólo afectaría a China sino a los demás países proveedores y a la propia nación en donde se lleva a cabo la manufactura; un ejemplo muy gráfico de esto puede ser un coche norteamericano que tiene partes chinas, coreanas, alemanas,  mexicanas y es fabricado en México.

La semana en curso ha sido dominada por el temor a que se rompa esa relación comercial, ya que Donald Trump, en el estilo que le gusta, estira la liga y corre el riesgo de romperla; es cierto que él tiene el sartén por el mango, es mucho más lo chino que se consume en EEUU que los productos americanos que se consumen en China, de hecho la esencia de este problema es el enorme déficit comercial que la economía de EEUU tiene con la economía número dos del mundo.

Para la negociación, en términos de músculo es mucho más poderoso el que tiene EEUU que el  de  China, pero también es cierto que todo el mundo –incluidos los chinos– tienen un límite, y al no estar acostumbrados a negociar de esa forma se corre el riesgo de que se levanten de la mesa y se rompa la liga. En relación a lo financiero, se viene también un desastre, porque un sin número de empresas  que tienen este problema de origen, se verían afectadas por estas políticas proteccionistas, provocando una estampida que dañaría principalmente a aquellas que tienen más exposición a este problema.

Es por el bien de esos dos países y del orbe que nos conviene oír buenas nuevas el viernes, o incluso antes, respecto a su acuerdo comercial porque aunque la coyuntura en el corto plazo beneficie a México, las consecuencias a mediano y largo plazo hacia nosotros y el mundo sin duda serán contraproducentes.

Un escenario posible es que el viernes, ante la falta de un acuerdo definitivo, se negocie prorrogar y patear el conflicto, generando volatilidad por más tiempo.

En el inter sigo creyendo que la diversificación de 70% en pesos (aprovechando las tasas de interés), 30% en USD y Euros en Bolsa, es la correcta. Desde luego hay que aguantar la volatilidad y no apanicarse.

@juansmusi

Mayo 8, 2019

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