Si se aburren tus hijos, es porque eres aburrido. Así de fácil y así de sencillo. Estamos en época de vacaciones y los padres de familia sufren por el largo tiempo que tienen que convivir con los hijos. Muchos ansían porque abran los campamentos de verano para inscribir a los niños y así mandarlos hasta después de la hora de la comida o aquellos padres que pueden, los envían semanas. En la actualidad, la paternidad se ha vuelto deslindada, es decir, los papás consideran que los hijos deben de ser entretenidos por los aparatos electrónicos, la televisión o agotarlos con algún deporte extremo que no los deje ni siquiera hablar en casa. Esta actitud moderna, se caracteriza por la falta de paciencia de los progenitores, la persona humana se ha vuelto tan egocentrista que si su tiempo es interrumpido por situaciones ajenas a su interés, no obstante sea por el reclamo de atención de sus hijos, se impacienta y busca el remedio para aislarse y evitar la “imprudencia” de sus pupilos.

Pareciera que las vacaciones fueron hechas para separar más a los padres de los hijos. Las madres se quejan de lo largas que son y los padres se enfrascan en su trabajo para llegar lo más tarde posible a casa. Si es que salieron de viaje, después de unos días se llegan todos a alucinar, sobre todo cuando los hijos son adolescentes. Y lo anterior se debe muchas veces porque los padres no saben respetar espacios, ni son creativos para convivir en armonía.

Más que un regaño, es una llamada de atención, este escrito es con el propósito de despertar a aquellos que lo lean y se den cuenta que la verdadera tragedia de la vida, no es estar de vacaciones eternas en lo que entran de nuevo a clases los hijos, sino la verdadera tragedia es no vivirla. Si nos la pasamos pensando en lo que va a suceder en el futuro, si consideramos que estaríamos mejor en otro lugar, en otra circunstancia, la vida se nos va como agua entre las manos. Y eso, créanme sí es una tragedia, puesto que cuando menos nos demos cuenta, habremos llegado al fin de ésta y ahí sí ya no hay vuelta para atrás.

Cuando tenemos hijos, independientemente de lo que haya sucedido para engendrarlos, debimos de haber pensado en la responsabilidad que implicaba, del sentido que tendría nuestra vida y el cambio de vida que tendríamos. Es otra persona, libre, única e irrepetible pero que dependerá de nosotros bajita la mano entre 20 y 25 años, lo que en pocas palabras nos ata una buena parte de nuestra existencia. Y si ya somos una familia, y si ya tenemos hijos, recordemos que las vacaciones son oportunidades para reencontrarnos, reconocernos, disfrutarnos y sobre todo amarnos. Si renegamos ante dicha realidad, los únicos perjudicados seremos nosotros, pero peor aún, nuestros pobres hijos que no tienen la culpa.

Ya he mencionado en otras ocasiones lo que hay que hacer para vivir la vida, sobre todo para vivirla con alegría y durante las vacaciones. He dado consejos, como son el deporte, las manualidades, cómo aprovechar la tecnología, lo importante que es enriquecer la parte espiritual, la lectura, la rutina como una gran aliada de una madre o padre de familia, a pesar de las vacaciones. Recuerda que el creativo debes de ser tú, y aunque suene injusto, el divertido debes de ser tú; papá y/o mamá. Así si tienes imaginación, harás que tus hijos se la pasen increíble durante este receso de la escuela y así cuando llegue el momento de separarse para siempre, todos los integrantes de la familia se llevarán recuerdos gratos que trasciendan, vestigios que dejen huella.

Nos leemos pronto para no quedarnos atrás y ver hacia delante.