Una filtración más que sospechosa

Una gran polémica –era que no– se está produciendo en Estados Unidos, con motivo de la filtración de parte de un fallo de la Corte Suprema, cuya versión definitiva debiera salir a la luz en algunas semanas más. Se trata de una sentencia altamente esperada por los defensores de la vida del no nacido, que se supone, anularía el famoso fallo “Roe vs Wade”, de 1973, que despenalizó el aborto en el país del norte.

            La situación es francamente única, pues nunca en la historia de ese país se había producido una filtración como ésta, tema que de suyo debiera dar origen a una investigación independiente sobre el particular. Esta filtración corresponde a las reflexiones del juez Alito.

De este modo, sus argumentos han salido a la luz pública, generando un gran debate. De ahí que algunos señalen que presumiblemente, esta filtración obedece a la intención de generar un clima de efervescencia previo a la publicación del fallo definitivo, a fin de que alguno de los jueces que lo apoyan, se retracte.

            Se trata de un fallo muy esperado, se insiste, pues en atención a la actual composición de la Corte Suprema, existe una mayoría de 5 contra 4, de jueces conservadores. Dentro de los primeros se encuentran los jueces Thomas, Alito, Gorsuch, Kavanaugh y Coney Barret, y el lado liberal cuenta con los jueces Breyer, Kagan, Sotomayor y el en teoría conservador y presidente de este tribunal, Roberts.

            La situación no deja de ser sorprendente, pues en muchos otros lugares del mundo (y nuestro país no es la excepción), la posibilidad de abortar se ha ido ampliando cada vez más. Sin embargo, las repercusiones de esta decisión seguramente se harán sentir en el orbe, tal como en su momento, el fallo “Roe vs Wade” tuvo un altísimo impacto en todo el planeta, marcando un antes y un después en la creciente despenalización del aborto y en la paulatina consideración del mismo como un derecho. Por iguales razones, también se espera un alto clima de efervescencia en el país del norte, de oficializarse la sentencia.

            Con todo, cabe destacar, como se supo varios años más tarde, que el caso “Roe” fue falso. En él, la demandante (cuyo nombre real era Norma McCorvey y murió en 2017) alegaba su inocencia por el aborto que se había realizado, señalando que ese niño era fruto de una violación. Sin embargo, ella misma reconoció mucho tiempo después, que había dado en adopción a la criatura y que la misma era producto de una relación consentida. De hecho, al sentirse tan utilizada, estuvo varios años presa de la depresión y del alcoholismo. Sin embargo, dedicó sus últimos años a la defensa del no nacido.

            En realidad, y de acuerdo con la filtración de parte del fallo del juez Alito, lo que en teoría dice la sentencia, es que el derecho al aborto no aparece en ninguna parte de la Constitución de Estados Unidos –ni implícita ni explícitamente–, que la argumentación de “Roe” es extraordinariamente débil, y que la decisión de permitir o no el aborto y sus condiciones debiera ser adoptada libremente por los estados miembros de Estados Unidos y no ser impuesta desde arriba por la Corte Suprema. De hecho –continúa–, antes de “Roe”, el aborto estaba prohibido en 30 estados, y la tradición jurídica previa era claramente contraria a esta práctica.

Por tanto, no es que se esté prohibiendo el aborto. Pero al menos, algo es algo.

 

Max Silva Abbott

Doctor en Derecho

Profesor de Filosofía del Derecho

Universidad San Sebastián

Deja una respuesta