Una luz al final del túnel

Desde 1994 empecé a trabajar en esto que me apasiona. Mi debut fue en un año duro: recordarán aquel diciembre en el que un México sostenido por alfileres era recibido por quien, a mi gusto, ha sido de los mejores presidentes que hemos tenido, Ernesto Zedillo.
En ese primer año de gobierno vimos uno de los peores cracks bursátiles, y vimos al tipo de cambio irse al doble. ¡Imagínense que, de un día para el otro, el dólar se fuera a $40 pesos! Las tasas de interés llegaron al 100%, una verdadera locura. Y fue ante esa gran crisis que se sentaron las bases para tener finanzas públicas sanas y se instaurara la disciplina fiscal, o sea, que no nos gastemos mucho más de lo que recaudamos. También en ese momento -de no ser por la ayuda de EEUU con Bill Clinton-, México podría haber tenido su primer default.
Esta fue una crisis local que también tuvo efecto en algunos otros países de América; y los daños a esas otras economías se conoció como el “efecto tequila”. Luego vino en el 2000 un auge, una burbuja que se detonó por las empresas punto com (o dot com), es decir, proliferaron las páginas de internet y se construyeron castillos en el aire que no eran más que buenas ideas, de las que pocas se aterrizaron y menos subsistieron; vino también un gran crack en el mercado y -aquí sí- la afectación fue global.
El valor de muchas de estas empresas se hizo cero. Ocho años después vino la crisis hipotecaria, un evento global de consecuencias inimaginables. Estados Unidos, su industria de bienes y servicios quebrada y toda la deuda que los bancos emitieron se colocó en manos de inversionistas de todo el mundo llevándonos al peor crack de la historia, solo similar a “la gran depresión” de 1929.
Después de este evento que nos llevó a muchos excesos (sobre todo de liquidez), impresión de dinero y programas y ayudas al desempleo, no había venido un episodio tan fuerte en los mercados como el que estamos viendo ahora. Ni en la pandemia con el confinamiento se afectaron tanto todos los sectores de la economía.
A este episodio lo podríamos bautizar como el crack de la post pandemia o el crack de la inflación. Y es que este crack todavía tiene efectos de pandemia y sus consecuencias, inflación alta por choque de oferta y bancos centrales actuando agresivamente, y por si todo esto fuera poco, la guerra de Rusia contra Ucrania. Finalmente, ¿Por qué recuerdo estos episodios? Porque en todos y cada uno de ellos, los inversionistas se han recuperado y ganado: solo es cuestión de tiempo e históricamente después del punto más bajo, a la vuelta de un año, ya te recuperaste.
Es en episodios como éste que la historia sirve y es bueno recordar. No es fácil y no sabemos cuánto falta, pero lo que sí sabemos es que ya falta menos. Esta semana en Estados Unidos seguirán los reportes y seguramente continuará la tendencia positiva de reportes mejor a lo esperado. También habrá intervenciones de Jerome Powell y se publicarán datos de ventas al menudeo, índices de manufacturas, producción industrial e inicios de casas.
También se publicará el PIB del primer trimestre en Japón y la Eurozona. La semana pasada no hubo sorpresas y Banco de México subió tasas al 7% en un muy esperado movimiento de 0.50%. El dólar cotiza debajo de $20.10, nivel adecuado para armar portafolios.
@juansmusi​​​​​​​​

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