Estas vacaciones, viaja ligero de equipaje

Las clases de las escuelas están a punto de terminar (Si no es que ya acabaron) y los padres de familia están viendo qué harán con sus hijos para que no se “aburran” este mes y fracción de periodo de receso escolar. Muchos papás que tienen las posibilidades han investigado sobre un campamento de verano a donde enviar a sus niños a pasar los días de descanso, de igual forma, quienes tienen la fortuna de salir de vacaciones saldrán en familia y posiblemente también inscriban a sus hijos en algún campamento. Hechos que son muy distintos en cada caso; por ejemplo en el primero, está en el supuesto en que los papás continuarán trabajando o por lo menos uno de ellos y no podrá atender a los hijos, por lo que es muy recomendable que se inscriban en un programa deportivo que los ejercite durante el día. Ahora, en el segundo de los casos, si los padres pudieron salir de viaje con los hijos es que tienen la posibilidad para dejar de trabajar y estar fuera de su ciudad, pero meterlos a un curso de verano durante las vacaciones los separará y ¿entonces para qué fueron las vacaciones si no fue para vivirlas en familia?

 

Son casos particulares, son casos que no podemos generalizar, pero que podemos comenzar por reflexionar y ver en cuál de los dos caemos para así no olvidar que las vacaciones cuando se puede hacer el sacrificio de viajar, es para estar con los hijos y si no es posible salir, entonces buscar la mejor opción para que haya armonía en el hogar.

 

Ciertamente, esta vez el tema que nos ocupa son las vacaciones, pero para poder viajar en éstas hay que hacerlo de forma ligera. Y no me refiero a lograr subir maletas de menos de 23 kilogramos en las aerolíneas que así lo exigen, sino que personalmente hay que viajar ligeros, hay que andar ligeros en nuestro interior, salgamos o no de la ciudad. Es más, aunque no sea periodo de vacaciones hay que siempre tener un equipaje ligero.

 

Vamos considerando algunos puntos para aplicarlos en nuestras vidas y lograr así ligereza al andar.

 

1.    En cuanto a los hijos; Si sales o no de viaje en lo que respecta a lo material te recomiendo que dejes preparado y organizado todos los útiles escolares. Marcados, forrados y claro, involucrar a los niños para que sepan lo que tendrán que usar el año escolar próximo. Asimismo, aprovecha para revisar la ropa de los chamacos, ver cuáles sirven, cuáles ya no les quedan y puedes donar a alguna fundación, ver también si tienen nombre las chamarras y todo listo para que cuando llegue el 20 de agosto no te tomen por sorpresa las prisas. En lo que respecta a lo espiritual, si eres católico y saldrás de viaje aprovecha para que todos se confiesen, porque a veces llegamos a lugares recónditos en donde no es fácil acceder a un sacerdote, comulguen y despídanse de sus familiares que no saldrán con ustedes. Lo anterior siempre deja una sensación de ligereza en el equipaje.

2.    En cuanto a tu trabajo; Si sales o no de viaje recuerda que siempre en el verano la chamba se tranquiliza un poco en el común de los casos y puedes aprovechar para limpiar escritorios, cajones, papeles muertos que no sirven para nada, posiblemente algo que no hayas terminado puedes concluirlo. Asimismo puedes hablar con tu jefe, planear cómo llegar a ser más eficientes y productivos, hablar de tu trabajo, ver en qué puedes mejorar y qué espera tu jefe de ti. Claro que también se vale expresar lo que tú esperas de tu jefe, siempre con un diálogo cordial estoy segura que lo lograrás. Esto es un gran ejercicio material y espiritual.

3.    En cuanto a tu casa; Limpia algún cuarto que todos tenemos como bodega y que puede servir para algo más, lo que ahí tengas guardado seguro no te sirve y lo puedes donar. Lava tapetes, cortinas, todo lo que nos da flojera o dejamos para después durante el periodo de monotonía. ¡Para que cuando terminen las vacaciones sientas que estás en una casa nueva! A todos nos gusta estrenar, y lograrlo no cuesta mucho dinero, cuesta voluntad y esfuerzo.

4.    Finalmente, en cuanto a tu vida personal; reflexiona todo lo malo que haz vivido entiende cuál es la razón por la que te ha sucedido y aprende del pasado y vive el presente para que el futuro sea prometedor. Y más importante aún para que estas vacaciones viajes ligero de equipaje, salgas o no de tu ciudad, revisa todo lo bueno que te ha pasado, fíjate en la salud que disfrutas, en la familia que tienes, el trabajo o/y la escuela a la que asistes, lo afortunado que eres de poder trabajar o estudiar. Agradece todo lo que haz notado y aquilátalos, pero sobre todo piensa en cómo puedes perfeccionarte estas vacaciones para que cuando regresen todos a la normalidad podamos ser una ciudadanía mejor.

 

Estos son breves consejos, que seguro pueden ampliarse eternamente, pero que me quedo ligera
de conciencia por haberlos puesto en la mesa, para que todo aquel que lea este escrito lo replique y lo magnifique, así andaremos todos con un equipaje liviano lo que por ende contagia felicidad.

 

Y para no quedarnos atrás y ver hacia delante

 

En estos momentos en los que redacto esta colaboración, en la cafetería que me encuentro, una niña de unos ocho años me ha pedido sentarse a desayunar junto a mi. Gustosa la invité a hacerlo y cuando la miré noté que tiene Síndrome de Down. Es muy inteligente y sobre todo simpática, es un angelito que nació porque Dios así lo permitió.

 

Nos leemos la semana que entra para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

 

 

 

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