¿Qué tan deseable es vivir sin las tres E´s?

Vivimos una era en la que en la escuela a todos los niveles se educa SIN LAS TRES E´s. Así como lo leen y es de alarmarse, puesto que ahora que comprendan a lo que se refieren estas E´s estoy segura buscarán hacer algo para contrarrestar lo que en la escuela se quiere educar.

Ciertamente, la familia debe de cumplir con la inalienable obligación de educar y por ende ejercer el privilegio de educar en valores a su prole, es decir, temas exclusivos de cada familia de forma particular. Puesto que cada hogar es distinto y tiene su privacidad que solamente puede disfrutar de forma exclusiva al transmitirlo a su estirpe.

Las tres E´s trasgreden este privilegio exclusivo de los padres de familia, ya que buscan una educación sin Embarazo, sin Enfermedades y sin Escrúpulos. Las primeras dos son muy deseables y engañosas, ya que me queda claro que nadie queremos que nuestros hijos se embaracen fuera de un matrimonio, ni que contraigan alguna enfermedad de transmisión sexual. E irónicamente conllevan a lograr de forma automática la tercera. Por ello cuando escuchamos que las escuelas promueven una “educación sexual” suponemos que es precisamente para evitar estas dos primeras E´s, no obstante, olvidamos ese privilegio del que estoy haciendo mención, porque las escuelas jamás educarán como lo hacen unos padres amorosos.

Siendo así, las escuelas en su mayoría, promovidas por presiones gubernamentales, quienes a su vez están siendo presionados por Organismos Internacionales para que implementen sus políticas de Control de Población, condicionan ayudas económicas a países en desarrollos como México a fin de que instrumenten sus llamados programas de “educación sexual” que más allá de evitar las dos primeras E´s, promueven que se evite la tercera.

Vivir sin escrúpulos nos hace personas libertinas, desentendidas del valor ontológico del ser humano y nos priva de ver con claridad que la virtud nos perfecciona y nos aleja de obedecer a nuestros impulsos instintivos.

Si vivimos sin escrúpulos, muy posiblemente seremos personas promiscuas, ya que nos dicen que para evitar enfermedades está el condón y ahora en México comienza la campaña de vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) y por todos lados nos venden la idea que protegerte es más seguro. Si caemos en ese déficit escrupuloso, nos reducimos a un plano animal y lo más seguro es que ni sepamos usar el condón, que a parte NO es más seguro que el destino y la vacuna del VPH previene de las 31 formas del mismo que se pueden presentar, solamente protege en contra de dos de alto riesgo (cancerígenas) y de dos de bajo riesgo, dejando 27 tipos de virus mortales al acecho (“You´re Teaching my Child What”, Grossman Miriam Phd.). Entonces sin enfermedades no creo, sin embarazo, ¡menos! porque como bien sabemos muchas veces hasta los anticonceptivos que se reparten tienen bajas dosis de hormonas (Ver Blood Money) para que las chicas caigan embarazadas y busquen la “solución” en un aborto millonario.

Esta mal llamada “educación sexual” es en realidad la educación que evita las tres E´s y lo que se aconseja, lo que aconsejo en primera instancia como madre de familia y orientadora familiar es que no olvidemos que el privilegio de educar en la sexualidad es de cada familia, no de la escuela. Que la escuela se dedique a enseñar, pero no a educar. Y en segundo lugar, recomiendo que eduquemos a los hijos desde pequeños en la voluntad, a entender lo valiosos que son y lo increíble que es ser libres al ser líderes de sí mismos y no prisioneros de sus impulsos.

Que las tres E´s no emancipen a los hijos de sus padres y que tampoco den una falsa seguridad a los papás de creerse independientes de su obligación de educar con el ejemplo, con entrega y esfuerzo. Porque una de las principales razones por las que estos programas han tenido éxito pragmático es precisamente porque dan falsa seguridad tanto en los padres como en sus hijos y los datos nos arrojan cada vez más embarazos inesperados, más abortos, más enfermos de sida, y de más de 30 Infecciones de Transmisión Sexual. Lo que nos lleva a concluir que no ha funcionado y que el balón está en la cancha de las familias; o asumimos nuestra responsabilidad escrupulosamente o nuestros hijos la van a pagar.

Nos leemos pronto para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

 

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