#HablemosAlGrano/¿Hasta dónde dividimos el país?

Francamente me sumo a los miles, quizá millones de mexicanos que cuando escuchamos el tema de «Las Elecciones», ¿quién va a ganar?, ¿y tú ya sabes por quién vas a votar?, hago una mueca de hartazgo, respiro hondo y digo «ahí vamos otra vez».

Debo confesarles que incluso las mesa a la que amablemente me invitó Jesús Caudillo los martes y jueves a las 21:00 horas en su página de Facebook para hablar junto con el experto Guillermo Torres fue algo que acepté porque efectivamente es un ejercicio honesto de análisis y crítica.

Nadie tiene que convencerme de lo importante que es elegir a quien quiere gobernar mi país los próximos 6 años o a quienes quieren ser alcaldes, gobernadores o diputados locales o federales, senadores, sin embargo deben saberlo: estamos hartos de las campañas políticas.

Parte del hartazgo tiene que ver que efectivamente que por ejemplo entre amigos cercanos bromeamos incluso con decir que por ahora bloquearemos a tal o cual amigo por su defensoría a ultranza a tal o cual candidato en redes sociales (en Facebook yo mismo he evitado debatir y pelearme acaloradamente) de hecho hay quien me han confesado que el 2 de Julio, gane quien gane, buscarán a nuestros respectivos amigos para decirles que ya todo pasó y que dejemos atrás esta contienda tan tóxica que nos ha tocado. La división, la radicalización de posturas está peor que nunca.

A veces la prudencia y tolerancia parecen no ser suficientes cuando se da estos acalorados debates entre partidarios de uno y otro grupos políticos en espacios ahora tan recurrentes como los grupos de WhatsApp (que debo reconocer que también alucino a ratos).

Incluso en las mismas redes sociales, ahora invadidas por las campañas políticas es increíble como en «esa supuesta libertad de expresión» de la que nos ufanábamos, sólo hace falta decir algo a favor o en contra de algún partido para que de menos nos digan que somos parte de «la mafia del poder» o que alguien paga nuestras opiniones, vaya libertad de expresión en pleno que vivimos en un espacio que se supone nació para generar libertad de opiniones. Pero eso habrá que danos tiempo para analizarlo a fondo.

Y para qué le sigo en las recurrentes mesas con amigos o familia cuando el tema llega, hablar de «Las Elecciones» es lo mismo que armar una batalla campal y radicalizar una división que nos está dejando mucho odio, resentimiento y una absurda distancia entre amigos y no se diga entre familiares. Nos la estamos tomando muy en serio y eso no le hace bien a nadie.

Hasta dónde esta guerra electoral nos seguirá arrastrando. Es una invasión irracional las encuestas de unos y otros, los pésimos spots, mensajes, críticas y hoy el cúmulo de acusaciones de un candidato en particular por la guerra sucia en su contra, las supuestas movilizaciones de empresarios para que no voten por él, los «acuerdos» que asegura hay entre los otros candidatos» para hacerlo perder, nos deja un mal sabor o de un mal perdedor o de alguien que ya nos recetó la película de rumores, fake news, teorías de conspiración y demás que al menos en el 2012 terminó con frases como «al diablo las instituciones» y la toma de Paseo de la Reforma.

Insisto, no me interesa en este espacio manifestarme por unos o por otros. Será en la boleta cuando en conciencia votaré por lo que creo le conviene a mi país y me conviene a mí y a los míos.

Lo que creo que es fundamental rescatar es la obligación de elegir, de dejar de echar culpas y de revisar quién puede estar a la altura del país que somos, que queremos y que exigimos.

Quien gane, quien alcance el voto de la mayoría tendrá que gobernar para todos, por un país que hoy gracias a estas campañas llenas de odio está dividido, está intoxicado, y no se si eso les sirva a los políticos que han escuchado a sus «sesudos estrategas» que ya les han vendido la segunda parte de las campañas de odio, por si pierden.

Cómo regresar a la unidad, hasta dónde seguiremos dividiendo el país y compraremos su visión partida de México de la mezquindad política, yo ya no quiero escucharlos, ya tengo demasiado de ellos. Ojalá que esto acabe pronto, tan pronto como para dejar atrás estas campañas que han hecho de todo, menos despertar nuestro interés por el país que nos ofrecen. Vaya campañas, vaya candidatos.

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