Qué privilegio tan grande es pertenecer a una familia muy unida, en las alegrías y en las penas. Hay familias disfuncionales, cuyos miembros sufren por no poder tener esa pertenencia compartida con los demás familiares. Algunos no pueden disfrutar de la maravillosa experiencia de tener donde dirigirse, en los momentos difíciles o de sufrimiento para pedir ayuda, protección, consuelo, compañía, gestos de afecto, etc.
Las ventajas que produce la familia unida, no pueden reflejarse en el egoísmo de encerrarse dentro de ella, sin compartir al exterior las alegrías y esa paz y seguridad familiar. Tiene que intentar ser ejemplo para todos de buen comportamiento, e irradiar a la sociedad amor y convivencia interna y externa, no aislamiento o encerramiento en sí misma. Nunca debe considerarse como peligroso y nocivo, todo lo que esté fuera de la familia.
La familia unida es el vínculo virtuoso, entre las generaciones y es la garantía de futuro y de una historia, verdaderamente humana. Una sociedad de hijos que no honran y respetan a sus padres, es una sociedad sin honor y destinada a poblarse de personas egoístas y perdedoras. No hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti.
Ningún hijo debe olvidar el hecho de que la vida no nos la hemos dado nosotros mismos, sino que la hemos recibido. Y no por el hecho de que los hijos, lleguen a ser cabezas de su propia familia, deben perder la identidad y conciencia de ser también hijos, por lo que nunca deben abandonar a sus respectivos padres, pero preservando la legítima autonomía e intimidad de los cónyuges.
En una verdadera familia unida, en ese pequeño núcleo familiar, tiene que haber una gran capacidad de relación y obligación, con la familia extendida, compuesta por los abuelos, los tíos, los primos, los suegros, los cuñados, las nueras, los yernos y todos los parientes del cónyuge, e incluso los vecinos. Respetando sus tradiciones y costumbres, tratando de comprender su lenguaje, conteniendo las críticas, cuidándoles e integrándoles en la propia familia.
En la familia unida, se debe evitar el ocultar cosas al propio cónyuge, que en cambio se hablan con los propios padres, hasta el punto que importan más las opiniones de los padres, que los sentimientos y las opiniones del cónyuge, en el caso de que no se hayan creado las condiciones, para crecer en la mutua confianza y comunicación de los cónyuges.
La familia extendida debería integrar con mucho amor, a otras personas: A los amigos y a las familias amigas, e incluso a las comunidades de familias, que se apoyan mutuamente en sus dificultades, en su compromiso social y en su fe, a las madres adolescentes abandonadas, a los niños sin padres, a las mujeres solas, que deben llevar adelante la educación de sus hijos, a las personas con alguna discapacidad, que requieren mucho afecto y cercanía, a los jóvenes que luchan contra una adicción, a los solteros, separados o viudos, que sufren la soledad, a los ancianos y enfermos, que no reciben el apoyo de sus hijos. En su seno tienen que tener cabida, incluso, los más desastrosos en las conductas de la vida.
También deben ayudar a compensar las fragilidades de los padres, o detectar y denunciar a tiempo, posibles situaciones de violencia o incluso de abuso, sufridas por los niños, dándoles un amor sano y una tutela familiar, cuando sus padres no pueden asegurarla.
10 Conceptos para mantener una familia unida y alegre.
1. Aceptar a la familia como es y no como nos gustaría que fuera, procurando negociar las cosas, que creemos perjudican la convivencia y el bien común.
2. Alegrarse de lo que se tiene, más que preocuparse por lo que falta.
3. Considerar una fuente de alegría y satisfacción, las ocupaciones familiares cotidianas.
4. Demostrar siempre un sentido positivo, incluso en las adversidades, aprovechando los errores para aprender. Pueden leer más detalles en el artículo: Lo provechoso del error.
5. Disfrutar de las cosas sencillas y cotidianas, en las conversaciones, en el ocio, en el trabajo o en los estudios, visitando la naturaleza, manteniendo las amistades, fomentando las relaciones con la familia extendida, etc.
6. Evitar la visión negativa de la vida, ante las personas y los acontecimientos, los derrotismos, las actitudes deprimentes y desesperanzadas.
7. No encerrarse en sí misma, sino proclamar, sin soberbia, que se puede hacer un esfuerzo, para tratar de conseguir una familia unida y feliz.
8. Reconocer las posibilidades y limitaciones propias, intentando mejorarlas, descartando las quejas y lamentaciones inútiles.
9. Sentir felicidad cuando la familia está unida, en una causa común: Comidas, vacaciones, descanso, diversión, etc.
10. Tratar de contagiar la alegría a los otros familiares, creando oportunidades para disfrutar de la vida.
Una familia unida y alegre, siempre tiene la esperanza de intentar que las cosas cambien, aunque las responsabilidades sean abrumadoras, debido a situaciones incontrolables, como las graves enfermedades, la mala economía u otros problemas internos. Para ello, todos deben formar un equipo fuerte y apoyarse, para enfrentarse a las situaciones.
El apoyo de todos con todos, es el verdadero antídoto frente a las circunstancias adversas. La Fe y la familia unida, son factores muy importantes a la hora de medir las posibilidades de salir de los problemas, por muy difíciles que sean. Incluso cuando hay altos índices de pobreza, bajo nivel educativo y menor presencia en la vida social.
En la familia unida no cabe, que cada uno piense en él solamente. Los componentes de la familia propia y los de la familia extendida, al ser fuertes puntos de apoyo, piensan en los demás, antes que en ellos mismos, y eso es lo que les hace fuertes.
Una familia unida deja para el futuro, una herencia muy importante, para todos los componentes. Muchas veces se oye: En mi familia se hacía así, o me decían esto o lo otro. Son cosas que no se pueden olvidar, pues se quedan impregnadas en el cerebro para siempre, por mucho que cambien las condiciones de la sociedad.
La alegría en la familia unida. Hay que aprender a tener una familia con alegría, eso se consigue viviéndola personalmente y si todos tratan de estar siempre alegres, “aunque la procesión vaya por dentro”. Muchas veces los demás familiares, no tienen la culpa de las “procesiones” particulares. Para que haya alegría en una familia, tiene que haber unos objetivos bien claros, todos tienen que intentar ser responsables, generosos, trabajadores, educados, etc.
En la familia siempre hay algo bueno, valioso y fácil de alcanzar, si se fomentan las principales virtudes y valores humanos, que se deben enseñar y practicar en una familia unida: Optimismo realista. Esperanza. Talante positivo. Seguridad. Autoestima. Colaboración. Conciencia y satisfacción por la obra bien hecha. Alegría. Deportividad. Paz. Sinceridad, Franqueza. Autenticidad en las cosas sencillas de la vida cotidiana. etc.
La tarea de pertenecer a una familia unida, tiene que ser uno de los principales objetivos de todos sus componentes, por lo que hay que fomentarla día a día. Unidos se puede todo, esparcidos, enfadados o con egoísmos, la familia se resquebrajará y no podrá promover, interna y externamente la “cultura del encuentro”
Cada familia es única, pero todas son iguales en su fin: ser felices y hacer felices a los propios y a los ajenos.
francisco@micumbre.com
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