#FamilyLightstheWorld (La familia ilumina al mundo) fue el hashtag utilizado en el Congreso Mundial de las Familias en su novena edición con sede en Salt Lake City, EUA del 27 al 30 de octubre.
La familia ilumina al mundo… definitivamente. Ha sido muy enriquecedor para mi conocer a personas y líderes de todo el mundo que reconocen en la institución familiar la clave para solucionar de fondo los grandes problemas que se presentan en esta sociedad global.
Ha sido muy grato ver que este evento tuvo el gran atino de reunir en un diálogo respetuoso en incluyente a diferentes credos de todo el mundo. Católicos, cristianos, mormones, judíos, ortodoxos… todos con diferentes contextos socioculturales y con diferentes visiones del ámbito religioso, pero con una misma postura: reconocer a la familia como el eje central del desarrollo de la persona y del bien común.
Salt Lake City ha sido la ciudad que ha sido testigo de la reunión de diferentes personas que desde su cultura, trabajan día a día por la protección y defensa de la vida, del matrimonio, de la familia y de la libertad religiosa.
Algunos podrán decir que estos temas son moralistas y que no interesan a la mayoría de las personas… y tal vez en lo segundo tengan razón. Pero, hay que entender que aquellas personas que promueve la violencia, aquellas que discriminan, aquellas que no tiene respeto por la naturaleza o aquellas que viven inmersas en una dinámica de vida egoísta y materialista… todas esas personas, de alguna forma u otra, tuvieron una familia.
Y si en la familia se cultivan, por error u objeción, los grandes males de nuestra sociedad, es también ahí en donde podemos encontrar la solución. El problema es que este tema interesa a muy pocos pero afecta a todos. Si reconociéramos el papel fundamental que tiene la institución familiar en la economía, en la seguridad y en la prosperidad de un país, seguramente le daríamos la prioridad que requiere.
No hay mejor formadora que la familia, es ahí en donde aprendemos los valores (o los anti valores). No hay mejores educadores que los padres, con o sin experiencia, pero con una labor insustituible… no se le puede pagar a nadie para que haga lo que los padres entregan a sus hijos de manera gratuita. La clave es el amor.
No hay mejor institución que proteja a la infancia de una sociedad que la familia. Los padres, además de brindar formación, dan a los hijos el sustento. En mayor o menor medida pero entregando lo mejor que podrían de forma desinteresada.
En nuestro país hay aún mucho por hacer. Vivimos en una crisis y existen una cantidad muy grande de preocupaciones, de intereses y de necesidades. Si queremos resolver el problema de fondo debemos poner en el centro de todos los esfuerzos a la familia. Los resultados tal vez no se vean de forma inmediata, pero pequeños esfuerzos bien encaminados y constantes hacen la diferencia. Es responsabilidad de todos nosotros apostar por lo más preciado que todos tenemos, la familia.
Juan Antonio López Baljarg @Juanlbaljarg
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