Pocos escritores recientes muestran una relevante talla humana e intelectual como el autor español, Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010).
Por una parte, aborda la dignidad y la libertad humanas como el eje rector de su obra literaria. Además, hace un análisis crítico de la sociedad consumista, como un nuevo modo de alienación, y denuncia el permanente peligro de que las autoridades gubernamentales no apoyen el desarrollo y fortalecimiento del campo agrícola, como medio de sustento económico de una porción importante de la población.
¿Qué ocurre entonces? -se pregunta Delibes. Nos enfrentamos -como sucede en México y otros países de América Latina- al drama cotidiano del desarraigo de la tierra y que miles y miles de personas del campo emigren a las grandes urbes, habitualmente con un crecimiento monstruoso, anárquico, desordenado. Donde impera el anonimato y esos ciudadanos pierden su calidad de “personas” y se convierten en “un número más en la estadística”. Suelen vivir en “gigantescas torres-colmenas” con una existencia indigna de la condición humana, en medio del tráfago citadino, con tal de tener una modesta fuente de ingresos.
Su apasionada sinceridad, su anhelo de justicia social, su compromiso ético con los valores humanos, le valieron numerosas censuras de parte del régimen franquista, como en sus obras: Aún es de Día, El Camino, Las Ratas, El Disputado Voto del Señor Cayo, La Hoja Roja, Las Guerras de Nuestros Antepasados…y, también, como director del periódico “El Norte de Castilla”.
Con la publicación de su obra La Sombra del Ciprés Alargada recibió el Premio Nadal en 1947. Cinco Horas con Mario (1966) es considerada como su obra maestra, novela en la que una mujer vela a su difunto esposo y, a lo largo de la noche, como en un juego de espejos, ella va recordando numerosos episodios biográficos que pasó junto a su marido.
Miguel Delibes fue Miembro de la Real Academia Española. Recibió, entre otros muchos reconocimientos, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1982), Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras (Francia, 1985), Premio Miguel de Cervantes (1993) y varios Doctorados Honoris Causa por destacadas universidades…
Pero, de intento, me quiero detener en su magistral obra Señora de Rojo sobre Fondo Gris (1991). En la historia personal de este autor, contrajo matrimonio con Ángeles de Castro (1946) y formaron una familia. Ella se convirtió en fuente de sus mayores inspiraciones literarias, pero falleció en 1974, después de una larga, penosa y dolorosa enfermedad a los 50 años. Este hecho marcó profundamente al escritor por el resto de sus días, quien vivió hasta casi los 90 años.
A lo largo de esta novela, en forma de monólogo, un narrrador va relatando a su hija –en el contexto de una pausada y afectuosa remembranza- la notable belleza y las gratas virtudes de su fallecida madre, de nombre Ana, hasta en sus más pequeños gestos, gustos y detalles, que enseguida se intuye que el escritor está describiendo a su propia esposa.
La manera en que está escrito este libro, da la impresión de ser como una bella sonata de amor de un consorte enamorado que ha permanecido delicadamente fiel a su cónyuge y, con el tiempo, su afecto se ha templado ante las adversidades. Sin duda, se trata de una obra con una profunda lección de humanismo, madurez y plenitud artística que sólo Miguel Delibes podía brindarnos.
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