¿Qué es más importante, subir a los picos más altos del mundo, en la Cordillera del Himalaya, o conocerse bien a sí mismo? ¿Escalar, con fortaleza y tenacidad, hasta alcanzar las cimas a las que muy pocas personas han logrado llegar, o experimentar las propias cualidades y limitaciones y la temporalidad humana, frente a un Creador Infinito y Eterno, que asombra a los caminantes con su Grandeza cuando contemplan las silenciosas nieves perpetuas? Las respuestas son evidentes, pero Javier Millán nos hace descubrir en este libro (1), que son verdades complementarias. Con viva emoción, nos narra sus recuerdos de un inolvidable viaje hacia las cumbres del planeta y, simultáneamente, en forma introspectiva, hacia las cimas del corazón humano.
Nepal es el país donde el autor conoce su caprichosa geografía; sus habitantes y costumbres; su descomplicada vida y su honda espiritualidad. Nos relata, en medio de paisajes esplendorosos, las lecciones que le brindan sus moradores: la pobreza y el desprendimiento de los bienes materiales engendran riqueza porque convierten a los seres humanos en señores de sí mismos; no hace falta tanto confort occidental para ser plenamente feliz; hay que re aprender a valorar la naturaleza, así como a las verdaderas amistades; al dar un bien material, no hay que esperar nada a cambio; la sencillez de la vida campirana tiene una fuerza cautivadora porque impulsa al hombre a retornar a sus raíces.
¿Cuáles son esos orígenes primarios? El agua que cae de las cascadas, el murmullo del arroyo, el silbido del viento, la musicalidad del silencio, las pequeñas llamas de la hoguera, el cantar de los grillos, las ingenuas risas de los niños, el mirar de modo diferente la luna y las estrellas, y preguntarse: “¿Quién soy? ¿Hacia adónde se dirigen mis pasos?”
Escalar el Himalaya, afirma Millán Dehesa, es una metáfora de la propia vida que conduce a considerar que hay otro mundo más rico y profundo que está dentro de nosotros mismos, en cada una de las personas con las que convivimos y en cada ser humano; que en las majestuosas montañas del Himalaya se experimenta, de modo particularmente vivo, la presencia del Ser Trascendente.
Y concluye el autor que el amor humano, cuando es verdadero, no tiene fronteras ni barreras de idiomas; no hace distingos ante una determinada clase o condición social; simplemente la persona se entrega a los demás, con el único afán de servir y ayudarles, y, ese amor se adivina a través de los ojos del alma y se manifiesta en la unidad de corazones hermanos.
(1) Millán Dehesa, Javier, Un Viaje en Busca del Corazón Humano. Más Allá del Himalaya, Editorial Minos III Milenio, México, 2012. 162 páginas.
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