“Conviérteme, Jesús, conviérteme completamente a Ti, porque si no me haces santa, no sabré cómo trabajar en tu viña y terminaré traicionando tus intereses, en lugar de llevarlos a feliz cumplimiento.” Santa Francesca Javier Cabrini
Madre Cabrini y sus hermanas, cuidan a niños huérfanos. Ha solicitado en varias ocasiones autorización de Roma para llevar a cabo una obra misionera en el mundo, comenzando en Asia. El Santo Padre le autoriza comenzar en EEUU con los migrantes italianos. En 1898, al llegar a Nueva York no es bien recibida, encontrando muchos obstáculos para llevar a cabo su misión, no obstante, su amor por el cuidado de los más desamparados la lleva a levantar su primer orfanato. Será ayudada desde el principio por una prostituta llamada Vittoria para encontrar niños en las coladeras de la ciudad. Hará amistad con un doctor que le atiende ante una recaída por su enfermedad y que más tarde le pedirá ayuda para atender enfermos luego de la explosión en una mina, donde muere uno de sus niños.
Madre Cabrini comienza así su labor por los enfermos y la tenacidad para conseguir recursos que permitan sostener un hospital que los atienda dignamente. Encontrará más obstáculos, particularmente de las autoridades locales que no ocultan su enojo por los emigrantes que se hallan en su ciudad. Al final consigue el apoyo del gobierno local. Película estrenada en marzo pasado, producida por Angel Studios y dirigida por Alejandro Monteverde (Sounds of Freedom), protagonizada por Cristiana Dell’ Anna, David Morse, Giancarlo Gianini y Romana Maggiora. Cuenta con una fotografía impresionante y maravillosa, un vestuario impecable y la banda sonora no podía ser menos al contar con una canción interpretada por Andrea Bocelli “Dare to be” que interpreta junto a su hija Virginia y que se escucha al final de la película mientras narran a groso modo la obra misionera de Madre Cabrini en el mundo, un imperio de esperanza.
El director ejecutivo manifestó que la película no es de corte religioso y lo deja ver en varios diálogos donde se hace hincapié en la lucha de la mujer y la desigualdad con los hombres. Promocionada como la película que muestra el “verdadero feminismo”, que muestra a “una mujer guerrera que se enfrentó a los hombres de su tiempo” o que es el ejemplo del “verdadero empoderamiento femenino”. Dicha publicidad e intención es un yerro en cuanto que ninguna santa ha sido feminista, el feminismo (intelectual o de acción, radical o no) es contrario a la vida cristiana, por tanto, no hay feminismo bueno. Aún con su intención, no es posible desligar a Madre Cabrini de la religión católica. La película opta por mostrar la obra antes que su profunda adoración por el Sagrado Corazón de Jesús, aunque las imágenes suyas aparecen aquí y allá; o cuando ella expresa: «Demostrar que todo lo podemos en Aquel que nos fortalece».
Recomiendo tener mesura al ver la película pues aunque es conmovedora y edificante, es verdad que Angel Studios se tomó licencias respecto a la vida de la santa; una producción que puede motivar a la acción en favor de los demás y a conocer más sobre la primer santa de EEUU. Santa Francesca Javier Cabrini nacida en Lombardia, Italia, tuvo contacto con San Juan Bautista Scalabrini, Obispo de Piacenza, fundador de la congregación de los Misioneros de San Carlos y las Misioneras Scalabrinianas para inmigrantes. En su momento, el Obispo recibió solicitudes provenientes de EEUU para auxiliar a los desamparados, a los jóvenes y niñas huérfanas; recurrió a Madre Cabrini, invitándola a colaborar en sus misiones en América, pero ella titubeante, pide consejo a Roma. En su segunda audiencia, el Papa León XIII le da directrices a su obra misionera: “No a Oriente, sino a Occidente. Vaya a Estados Unidos y encontrará los medios y un amplio terreno de trabajo”.
Madre Cabrini trabajó incansablemente por los demás, un amor que tenía su origen en el Sagrado Corazón de Jesús y por ende iba ligado en el amor hacia la Verdad que quedaba expresado en sus cartas: “No tendré paz hasta que haya arrebatado hasta el último niño de manos protestantes”. O bien cuando visitó Londres y atestiguaba la cordialidad con la que eran tratadas ella y sus religiosas: “Así es como tratan a las hermanas en Inglaterra; y Dios, que considera como hecho a Él mismo todo lo que le hacen a sus siervos, bendecirá a esa nación y le concederá la gracia de regresar a la única Iglesia verdadera”. Madre Cabrini ejercía la caridad en la Verdad, ayudaba de manera material sin olvidar jamás que se trabaja en este mundo por la salvación de las almas.
Madre Cabrini, tuvo una vida de intensa oración y fervor al Sagrado Corazón de Jesús, una vida sacramental y de gracia, todo ello fue sin duda lo que produjo frutos abundantes que vemos en su obra a lo largo del mundo, sorteando las adversidades. Aquí un pequeño extracto de una oración que Santa Francesca Cabrini decía después de la confesión y que bien puede ser una llamada de atención cuando nos sintamos tentados a admirar sólo las obras excluyendo a Dios o a la fe católica de ello:
“No permitas que me atribuya el bien que realizas en mí y por mí, sino que, refiriéndome todo honor a tu majestad, que me gloríe solo en mi debilidad, para que renuncie sinceramente a toda vana gloria que viene del mundo, y pueda aspirar a la gloria verdadera y duradera que proviene de Ti”…
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