¿Cómo actúa el demonio en nuestro tiempo?

Hace algunos días falleció el sacerdote católico, Gabriele Amorth (1925-2016), de 91 años y uno de los más reconocidos exorcistas. Y, también, era brillante teólogo y escritor; tenía una personalidad serena, equilibrada y gozaba de buen humor.

Afirma que tuvo más de 70,000 intervenciones para expulsar al Maligno de las almas esclavizadas por el demonio. Sus armas espirituales eran el Crucifijo, el agua bendita y el ritual del exorcismo. Acudía constantemente a la poderosa y eficaz protección de la Virgen María. En cierta ocasión, declaró a la prensa con firmeza y en tono rotundo: “Toda persona debe luchar contra el demonio porque siempre se va a ver tentada por él” (“El Español”, 21-09-16).

¿Pero realmente existe el demonio? ¿no es un ser mitológico creado por la imaginación del hombre? El demonio es un ser real y concreto, creado bueno por Dios, de naturaleza espiritual e invisible, que por su pecado se apartó de Dios y se convirtió en un ser malo en su misma esencia. Es conocido como el señor del mundo del pecado, de la muerte, de la discordia, de la desgracia, del odio, de la perversión, de todo lo absurdo y malo que hay sobre la tierra.

¿Quién ha vencido al Maligno? Jesucristo. En numerosos pasajes de los cuatro Evangelios se lee que echaba muchos demonios de las almas posesas. Era una de las manifestaciones descritas por los profetas y señal inequívoca de ser el Mesías esperado. El demonio le tiene verdadero terror al Hijo de Dios Encarnado. Por ejemplo, en el Evangelio de San Mateo leemos que un hombre poseído del espíritu del Mal exclamó diciendo: “¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, oh, Jesús Nazareno? ¿Has venido para derrotarnos?” (8,29).

¿Pero qué es lo que ha logrado el demonio en nuestro tiempo? Que se pierda el sentido del pecado y se niegue la existencia del Maligno. No faltan quienes se ríen burlonamente y piensan que únicamente se trata de cuentos fantasiosos de las abuelitas del siglo pasado para asustar por las noches a sus nietos traviesos y miedosos.

Pero no es así. Detrás de los desgarradores genocidios en los que fueron asesinados millones de personas –como en tiempos de la Alemania nazi de Adolfo Hitler y, del dictador ruso, José Stalin- el Padre Gabriele Amorth no duda en afirmar que ambos estaban poseídos por el demonio. De otra manera no se explicaría su persistente siembra de mal y destrucción por el mundo.

En la vida ordinaria, las personas son atacadas por el demonio a través de las tentaciones. Aunque la moral cristiana señala que nadie puede ser atacado por encima de sus fuerzas, si se encuentra en estado de amistad con Dios a través de los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.

En Jesucristo está puesta nuestra esperanza ya que nos dará las fuerzas necesarias para salir adelante en todas las dificultades y pruebas de la vida, si acudimos a Él con confianza. De esta manera, el ser humano se enfrenta a esta disyuntiva: o vive según la Ley de Dios practicando las buenas obras o bajo el imperio del Maligno. Y es que con mucha frecuencia los hombres son engañados por el demonio y empujados a cometer numerosas ofensas a su Creador; viven en la mentira que ciega sus ojos y no se percatan que ese camino les conduce a la condenación eterna.

Pero el Señor nos ha dejado suficientes medios para vivir en la paz y la alegría de Cristo: la oración, la penitencia, la frecuente recepción de la Eucaristía, la Confesión, el amor a la Virgen María, etc.

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