El mundial, México y un gran equipo

Durante este mes, como hemos visto, no nos vamos a librar de ser contagiados de la fiebre futbolística. Así como este evento es muy divertido para la mayoría, también el mundial de futbol soccer es una mina de oro, ejemplo de ello lo podemos constatar con Panini, la compañía q produce el álbum del mundial, que imprime al año 6,000,000,000 de estampas facturando más de 700 millones de euros.

Asimismo, podemos constatar que los derechos de televisión de las olimpiadas de invierno cuestan 1,000 millones de dólares (mdd) y los derechos de televisión del mundial nada más y nada menos que 3,400 mdd. Imagínense que en total se venden 3.4 millones de boletos para asistir a los partidos del mundial.

Por otro lado, ¿sabían que el premio total del US Open es de 21.6 mdd y solamente el premio total del mundial es de 420 mdd?

Durante las olimpiadas de verano, compiten 204 naciones en 28 deportes distintos, en el mundial compiten por participar en uno sólo. La final del Superbowl la ven 106 millones de personas, la final del mundial la ven 715 millones de personas, lo que equivaldría a casi tres Estados Unidos y para que se queden todavía más boquiabiertos, el Tour de France se ve en 118 canales en 186 países y el mundial de futbol se ve en 376 canales en 214 países.

Todo lo anterior son buenos datos, que nos pueden ayudar a darnos una idea de la industria monstruosa y gigantesca que es este evento que cada cuatro años podemos disfrutar. También obvio, nos puede servir para una trivia durante la comida o reunión con los amigos, pero principalmente para lo que les he compartido toda esta información es para que se den cuenta de que sin trabajo en equipo, no se podría haber logrado una vez más llevarlo a cabo.

Así es, ya leerán lo que quiero compartirles esta ocasión para moverlos a cambiar de actitud, y para que consideren detenerse unos momentos y evaluar el tipo de personas que son cuando se trata de hacer la diferencia en cualquier ámbito que se desempeñen. Porque no importa si hablamos de la familia, de la empresa, de la escuela, en un evento deportivo, no importa si es en el matrimonio, si no sabemos trabajar en equipo, no nos va a funcionar.

Y para ello, voy a mencionar cuatro temas fundamentales que debemos de considerar en nuestras vidas para poder lograr trabajar en equipo:

1) La educación,

2) la actitud ante la naturaleza,

3) la religión y

4) la actitud ante la vida misma.

El primero que es la educación, es un tema que en México pareciera que no ha quedado claro, puesto que por un lado lo que nos demuestran constantemente las autoridades educativas es que creen que mayor cantidad, en lugar de mejor calidad de educación, es lo que nos va a funcionar. Lo que claramente no ha resultado positivo.

Por otro lado, los padres de familia siempre estamos esperando una calificación alta para pensar, que nuestro hij@ está siendo bien educado, pero nunca nos cuestionamos si se están impartiendo valores en las escuelas, como son la honestidad, la puntualidad y la limpieza. Más específico aún, sería preguntar a la escuela de nuestros hijos si los están enseñando a ser personas exitosas. Para ello hay que revisar si les hablan del “bien ser”, del “bien hacer”, del “bien estar” y del “bien tener”.

Así es, el primero es ser honesto, puntual, disciplinado y respetuoso. El “bien hacer”, es que cuando nos dispongamos a hacer algo lo hagamos con todo el corazón y no de manera mediocre; el “bien estar” es siempre dar más de lo que recibes, para multiplicar así la generosidad y finalmente si los tres anteriores los tenemos vamos a lograr; el “bien tener”.

El segundo tema fundamental es con la naturaleza, si nos dispusiéramos a plantar árboles cada vez que algo importante aconteciera en nuestras vidas, amaríamos a esos árboles y los cuidaríamos con amor, pero si el gobierno es quien los planta y replanta, pues ni nos importará cuidarlos “al fin y al cabo yo no los planté”. Y así sucesivamente con todo lo que nos rodea en las calles, parques y vivienda en general. Si enseñamos a nuestros hijos a involucrarse en los temas ecológicos, a respetar a los animales, a levantar la basura aunque no sea de ellos, seguramente lograremos enseñarlos a que sean buenos compañeros de equipo.

El tercer tema fundamental es con la religión. Casi todos los seres humanos, sino es que todos (los ateos no, por comodidad) creemos que hay un ser supremo que nos creó. En México somos muy devotos, la Villa es un ejemplo de ello. Es el segundo recinto católico apostólico y romano, después de San Pedro, que más ingresos le reporta a la Iglesia. Bueno, los feligreses, más de dos millones anuales, que la visitan diariamente acostumbran a pedir favores y a esperar que éstos se les cumplan.

Por otro lado, en Japón, que son Sintoístas en su mayoría, una religión que afirma la existencia de divinidades o seres espirituales (kami) que pueden encontrarse en la naturaleza o en niveles superiores de existencia, van a los templos a ofrecerle a los dioses. Una pequeña, pero gran diferencia ¿no es así? Nosotros vamos a pedir y a esperar, y ellos van a ofrecer.

Refiriendo esto a la relación obrero patronal, en México los sindicatos presentan su Pliego de Peticiones, piden un aumento de sueldo anual, piden que se les pague triple su cumpleaños y sin asistir a trabajar, y las vacaciones las piden pagadas al doble. Los japoneses por el contrario, presentan su Pliego de Ofrecimientos, así es, en una ensambladora de autos ofrecen producir en lugar de 1000 autos para el año que entra, 1200 a cambio de que la empresa les dé más. Ofrecen en lugar de 5% de errores, 3% menos, a cambio de más por parte de la empresa. O sea que este punto quedó más que claro. Vamos sabiendo ofrecer, para merecer.

El cuarto y último punto fundamental para saber trabajar en equipo, no por eso menos importante, es la actitud ante la
vida misma. Este punto lo puedo explicar de una forma muy sencilla; ¿recuerdan al Circo Atayde Hermanos? Bueno el elefante imponente que siempre vimos hacer lo que el pequeño domador le ordenaba, es precisamente lo que no debemos de educar a nuestros hijos a ser, es decir, ese elefantito que cuando era bebé lo ataron de una pata, y trató y trató de zafarse, pero se lastimó tantas veces que prefirió desistir. Los domadores siempre le mostraron que no podía hacer nada, y éste pequeño creció diciendo “No puedo”.

Si nosotros enseñamos a nuestros hijos a que son unos burros, a que no pueden; si el gobierno no nos permite valernos por nosotros mismos y nos da todo en la mano sin el más mínimo esfuerzo, siempre crecerán las generaciones diciendo “no puedo” y esa actitud ante la vida será nuestra tumba.

Está en nosotros revertir lo que desde hace años ha aprendido México que es. Suena duro pero hay que decirlo, el gobierno, y muchos padres de familia han educado a la sociedad a que no pueden y a que deben de esperar a que se les ayude. Así no se puede trabajar en equipo. Hoy en día estamos disfrutando de este maravilloso evento que es el mundial de futbol soccer, que es un deporte que forzosamente se hace en equipo.

Aquellos países que no saben jugar así, son los que están siendo eliminados, porque si hay uno o dos de los once que quiera ser protagonista y olvidarse de los demás, el equipo entero fracasará. Nuestro país es un equipo de futbol gigantesco, donde hay unos cuantos que buscan el protagonismo, que son egoístas y que han hecho creer a los demás, que son la mayoría, que “no pueden” y que deben de esperar.

Si no comenzamos desde nuestra familia, en nuestro matrimonio, en la escuela a promover los principios básicos del trabajo en equipo, nunca vamos a progresar. Imagínense un bosque en llamas, en donde todos los animales salen despavoridos corriendo para salvarse de ser quemados, y de pronto hay un pequeño gorrioncito que vuela a un lago a mojarse sus alitas para regresar al bosque y sacudir unas cuantas gotas de agua e intentar apagarlo.

El elefante lo mira y le dice que es un tonto, que morirá chamuscado si no huye, pero el gorrión no desiste y le responde: “Este bosque me ha dado todo, familia, me ha dado tanto y le tengo mucha lealtad que no me importa que me muera, pero voy a tratar de salvarlo”. Ante la actitud del gorrioncito, los dioses se compadecen de él y dejan caer un tormentón, y el incendio se apaga. El bosque vuelve a reverdecer y a florecer. Todos los animalitos vuelven a regresar y a ser felices, más de lo que eran antes.

Este cuentito es un gran ejemplo de lo que pareciera está sucediendo con mi México, nuestro México. Es un incendio traducido en crisis política, económica, social y moral, pero si todos los días dejamos caer una o dos gotitas de esfuerzo, de trabajo, de sudor por hacer la diferencia, si así lo hacemos, México nos lo agradecerá y Dios nos bendecirá.

Nos leemos pronto para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

 

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