La verdad sobre la mortalidad materna y el aborto

Con el paso de los años, los seres humanos damos cuenta de que mientras más estudiemos, leamos y nos preparemos tendremos más argumentos para poder compartir conocimientos que nos lleven a la verdad y esto a su vez nos permitirá trascender de manera exitosa. En este sentido, haciendo lo propio me he dedicado en mis 37 años recién cumplidos a continuar enriqueciendo mis conocimientos y a su vez obtener herramientas que en lo personal me permitan participar con información veraz y útil para el engrandecimiento de nuestra propia especie.

Como es bien sabido, soy fiel defensora de la vida, soy ferviente creyente de que lo más relevante en la vida es la persona humana y que lo demás, las demás creaturas son simplemente medios para alcanzar un solo fin; la felicidad eterna. Por ello nunca me he quedado en mi zona cómoda y he luchado por demostrar que lo que defiendo y a su vez quiero compartir es válido, es cierto, para esto tengo que luchar por prepararme y así saber dar datos contundentes.

Cabe destacar que a su vez, cuando eres contraria a una de las ideologías más permeables de nuestra era, la cultura de la muerte que principalmente promueve el aborto como un “derecho” de la mujer, he recibido tanto aplausos como insultos y hasta calificativos como el de decir que tengo pensamientos medievales y que no tengo información real o actual. No obstante, dicen que nada es casualidad, sino que todo en realidad es causalidad, es decir, a todo efecto hay una causa. Y es cierto, puesto que querer saber más para poder rebatir y demostrar que en realidad los medievales son aquellos que no buscan saber más para informarse y formarse, ha llegado a mi poder un documento que es una joya y a su vez un duro golpe a las instancias más altas que sostienen que el aborto “legal” es la solución a la mortalidad materna.

Resulta que en el contexto de los Objetivos para el Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas (MDG por sus siglas en inglés), que pretende reducir en un 75 por ciento para el 2015 la taza de mortalidad materna (TMM) mundial, se realizó un estudio relacionado a los factores que repercuten en la reducción de la TMM en Chile. En dicho escrito podemos encontrar que durante los últimos 50 años que considera el estudio, la TMM se redujo de 293.7 a 18.2 por cada 100,000 nacimientos vivos, lo que significa un decremento del 93.8 por ciento. Pero ¿qué factores han repercutido en estos resultados tan anhelados por cualquier hacedor de políticas públicas? Bueno menciona el escrito realizado por Elard Koch et al. que haber invertido en el nivel educativo de la mujer, así como en el mejoramiento de servicios de salud materno, el cambio en la conducta reproductiva de la mujer así como el mejoramiento de los servicios sanitarios, son las razones principales por las que estas cifras dan resultados tan positivos.

Cabe destacar, que el experimento hace mención a que se ha sugerido que la prohibición del aborto puede contribuir a tazas muy altas de mortalidad materna, declaración que muchos pro abortistas toman como escusa para promover el aborto en sus países o ciudades. Sin embargo, el estudio intitulado “Womens´s Educational Level, Maternal Health Facilities, Abortion Legislation and Maternal Deaths: a Natural Experiment in Chile from 1957 a 2007” (http://tuenlinea.mx/~wwwinformandoyfo/Chile.muerte.materna.aborto) ha demostrado que existe un nulo efecto de la prohibición del aborto sobre la tendencia a la mortalidad materna en Chile. Lo que en resumen demuestra que en la experiencia chilena, para países en desarrollo el reducir los índices de mortalidad materna es absolutamente posible sin necesidad de legalizar el aborto. Lo que en otras palabras el experimento que nos ocupa en esta ocasión de 50 años realizado en aquél país sudamericano apoya firmemente que la legalización del aborto es innecesaria para disminuir la mortalidad materna y alcanzar el Objetivo del Desarrollo del Milenio (MDG).

Datos que invito a leer y releer con detenimiento y que sugieren que a lo largo del tiempo, las leyes restrictivas pueden tener un efecto restrictivo sobre la práctica del aborto, algo similar a las restricciones sobre el consumo del tabaco, que se presume, causan un efecto disuasivo sobre la población. Lo anterior lo podemos constatar en México desde que entró en vigor la ley que prohíbe fumar en lugares cerrados. A parte de que cuando dichas restricciones, se combinan con políticas apropiadas para la mejora del nivel educacional de la mujer y el acceso a la atención de la salud materna. De hecho, Chile exhibe hoy una de las menores tasas de mortalidad materna por aborto en el mundo, mostrando una disminución del 92.3 por ciento desde 1989 que se prohíbe en su totalidad sin excepciones, lo que da como resultado una disminución acumulativa del 99.1 por ciento de TMM.

Como les mencioné. este escrito es un golpe duro para instituciones de alto nivel que dentro de sus políticas de control de población así como de reducción de la mortalidad materna, promueven que la solución está en el aborto cuando en realidad está en estrategias reales que con conllevan a remedios veraces. Y yo me pregunto ¿qué estará pensando la Señora Michelle Bachelet, secretaria general adjunta de las Naciones Unidas de la recién creada ONU Mujer, siendo chilena y habiendo asistido a la cumbre abortista Women Deliver 2010 que junto a dirigentes de ONG´s, se empeñaron en que las legislaciones de todos los países reconozcan el llamado derecho al aborto?

Y para no quedarnos atrás y ver hacia delante

Recuerdo en febrero estuve presente en la 56 Conferencia Internacional de la Mujer en la ONU y unas mujeres mayores de edad atacaron a una de nuestras compañeras por haber defendido la vida como un derecho inalienable del ser humano. La resguardamos como es normal, pero aprendí que si quieres que se conozca la verdad no es necesario defenderla sino más bien compartirla. Pararse de la silla de la verdad e invitar a que alguien más la pruebe para que note lo magnífica que
es.

Nos leemos la semana que entra para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

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