El parto, la oxitocina y la prisa por parir

Cuando una mujer va a dar a luz, es irreversible e inminente que tendrá que llegar al trabajo de parto que muchas veces nos da pavor a las mujeres cuando estamos embarazadas. En mi caso personal, en ocasiones me daba susto el momento del alumbramiento, pero estaba consciente de que no había vuelta atrás. Las historias de terror que contaban las mujeres de mi familia, a veces me quitaban la seguridad y emoción del momento en el que conocería a mi bebé. Sin embargo algo en mi interior siempre me impulsó a querer hacer las cosas de la mejor forma posible, tanto para mi como para mi bebé.

Llegó el momento y ese día que era la semana 38 de gestación de mi niña, el médico por la mañana me realizó tacto y dijo que seguramente en la tarde nacería nuestra primer hija. De hecho lo que había sucedido es que me había manipulado membranas, lo que antaño, se creía que romper de forma artificial la bolsa de líquido (ruptura de membranas) hacía que el parto durara menos, y eso fue justamente lo que mi ginecólogo hace ocho años me hizo.

La verdad yo no sabía que era algo contraproducente, es más el médico ni siquiera me lo cuestionó. Como lo comenté, fuimos a revisión y me dijeron que estaba dilatada y tenía borramiento cervical como para que la bebé llegara a este mundo maravilloso. De hecho después de la revisión, sentía como que en ya iba a nacer, pero el médico nos mandó a casa y le pedí a mi marido que nos detuviéramos en un Burger King para que me comiera la última hamburguesa del embarazo, ya que en el postparto habría que comenzar una dieta rigurosa para bajar los 25 kilogramos que felizmente había subido durante los casi nueve meses de embarazo.

No obstante, ahora que ha pasado el tiempo de aquel parto natural mas maravilloso del mundo, y que la ciencia avanza a velocidades increíbles, los últimos análisis y estudios en Cochrane Database of Systematic Reviews [Base de Datos Cochrane de Evalua- ciones Sistemáticas] sugieren que éste no es el caso (Smyth, Alldred & Markham, 2007), dicen que lo que mi ginecólogo me hizo, haberme manipulado, no es lo idóneo. Es más por prisa, que por necesidad.

Ya que a pesar de que romper la fuente acorte el parto, las madres y los bebés sólo se benefician con un parto más corto si previene los malos resultados o reduce la necesidad de una cesárea u otras intervenciones posiblemente dañinas o incómodas. La amniotomía (ruptura artificial de las membranas) rutinaria no proporciona ninguna de estas ventajas. Al contrario, los hallazgos de las evaluaciones sistemáticas de Goer et al., (2007) y Smyth et al. (2007) sugieren la fuerte posibilidad de que la amniotomía aumenta el uso de la cesárea.

Los expertos de Lamaze dicen que la bolsa de líquido que rodea al bebé lo protege de la infección y la presión durante su movimiento por el canal de parto. Si un profesional de la salud rompe las membranas al principio del trabajo de parto, las investigaciones sugieren que aumentan las probabilidades de que la mujer tenga una cesárea (Fraser, Turcot, Krauss & Brisson-Carrol, 1999; Smyth et al., 2007).

Debido a que la ruptura prolongada de las membranas se asocia con un mayor riesgo de infección tanto en la madre como en el bebé, en un sentido muy real, el reloj empieza a correr en cuanto se rompe la fuente de la mujer. Si el parto no avanza después de la ruptura de las membranas, el profesional de la salud puede sugerir el uso de oxitocina artificial (Pitocina) para acelerar el parto. Lo que en mi caso sucedió, me administraron esta sustancia también conocida como la hormona del amor, por el apego que crea entre la madre y el bebé.

Cabe destacar, que en el parto natural fisiológico, la oxitocina se libera en el cerebro de la madre. Esta hormona es la responsable de que el útero se contraiga durante el parto. Mientras más fuertes son las contracciones, más dolorosas (y efectivas) son. Cuando la oxitocina que ocurre naturalmente en el cuerpo llega a un nivel alto, se liberan las endorfinas. Hormonas naturales que reducen el dolor del cuerpo y ayudan a las mujeres a manejar el dolor de parto. Entonces si se administra oxitocina sintética por vía intravenosa no llega al cerebro, por lo que no hay liberación de endorfinas para reducir el dolor. Esto hace que el trabajo de parto sea más difícil. Aunque en mi caso pareciera que lo anterior no fue tal cual, porque el dolor lo pude manejar bastante bien, pero yo se lo atribuyo a que tenía a mi doula y a mi marido todo el tiempo a mi lado.

Finalmente, es importante mencionar que la oxitocina sintética cambia el parto de otras formas también. Las contracciones son más fuertes, duran más, a menudo son más dolorosas. Con contracciones más fuertes y duraderas inducidas por la oxitocina sintética, el músculo uterino no se relaja por completo entre las contracciones. Esto hace que las contracciones sean más estresantes para el útero y para el bebé, al igual que para la madre. Como resultado, cuando se usa la oxitocina sintética, las mujeres necesitan otras intervenciones. Con la oxcitocina sintética, las mujeres generalmente deben permanecer en la cama sin la comodidad de moverse libremente, o de utilizar una tina o darse una baño caliente. Las contracciones más fuertes, la pérdida de las endorfinas, y la inhabilidad de usar medidas
reconfortantes aumentan la probabilidad de requerir anestesia epidural, así como se incrementa el porcentaje de cesáreas.

Lo anterior es una breve explicación de por qué el embarazo no es una enfermedad, y no se nos debe de tratar como si estuviéramos enfermas. En mi pasado escrito hablé sobre el dolor, y de la naturaleza del nacimiento. Sigo enfatizando en ello, por eso continuaré con breves escritos que les informen lo importante que es promover el parto humanizado para una sociedad más humana.

Nos leemos la semana que entra para no quedarnos atrás y ver hacia delante.

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