Programas de apoyo a mujeres con embarazos vulnerables, funcionan para reducir abortos

Guayaquil, Ecuador, noviembre 10 .-  El 90 por ciento de las mujeres que buscan realizarse un aborto, son orilladas por tres factores de vulnerabilidad: la coerción o violencia de la pareja; porque ven reducidas sus expectativas de vida o por temor, señala una investigación científica realizada en Chile.

Sin embargo, más del  80 por ciento de estos embarazos no planificados en situación de vulnerabilidad  que contaron con un programa de acompañamiento y de prevención de aborto decidieron tener su bebé o darlo en adopción, lo que demuestra que los programas de apoyo a embarazos vulnerables funcionan para reducir el número de abortos, afirmó el doctor Elard Koch, Director del Instituto de Epidemiología Molecular MELISA.

“Cuando la primera línea de prevención de embarazo no intencionado falla a pesar de la alta difusión de anticonceptivos, se hace necesaria una segunda línea de prevención: un programa de apoyo para embarazo no intencionado con alto riesgo de aborto”, dijo.

Como científico y Master en Salud Pública, el doctor Koch fue invitado a la Facultad de Ciencias de  Universidad de Especialidades de  Ecuador, donde expuso ante estudiantes de medicina y enfermería  y al Congreso Internacional Pro Vida, donde señaló que la mayoría de los abortos en embarazos no intencionados en situación de  vulnerabilidad pueden ser prevenidos o evitados mediante un programa de apoyo adecuado.

En una investigación realizada en 3491 mujeres que dijeron tener un  embarazo no intencionado, 507 mostraron una intención abierta de  tener un aborto, de las cuales 486 confirmaron el embarazo. Entre los factores de vulnerabilidad de estas mujeres,  el 44  por ciento mencionó la coerción obligadas por  la pareja, el papá, la mamá o ambos padres o bien, una tercera persona y en su mayoría sufrían de violencia continua.

El 22 por ciento señaló el embarazo como  un obstáculo para su desarrollo personal y el el  tercer factor de riesgo fue el temor a los padres o a la pareja en 20,4 por ciento.

Estas mujeres  recibieron apoyo de programas que operan en Chile, tales como “Acoge una Vida” que se basan en previsión de salud, servicios de asesoría legal, servicio psicológico y se localiza la condición de vulnerabilidad que llevó a estas mujeres a pensar en un aborto con lo que se logró que el 84,3 por ciento decidiera tener a se bebé y un 5 por ciento decidió darlo en adopción.

“De las que declararon abiertamente no pensar en un aborto, llegaron con embarazos muy adelantados, el 50  por ciento no  usaron algún métodos anticonceptivo, alrededor del 23 por ciento usó método anticonceptivo hormonal y el uno por ciento  empleó algún método de emergencia” dijo el también investigador asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Con ello, dijo, se muestra que programas preventivos, fortalecer los programas de salud materna y dar un mensaje claro a la población desde el gobierno, desde los ministerios de salud pública coadyuvará a  una tendencia a la baja en el número de mujeres que desean recurrir a un aborto, pues se ataca la vulnerabilidad.

Previamente, el Director del Instituto MELISA, dio cuenta de la investigación realizada junto con investigadores de Estados Unidos  que muestra que  los factores que reducen la mortalidad materna son el incremento de la educación de la mujer, acceso a los servicios de cuidado prenatal, atención profesional del parto, unidades obstétricas de urgencia y cuidados especializados, acceso al agua potable y alcantarillado, alimentación complementaria para madres y sus hijos junto con cambios en la conducta reproductiva.

«La legislación del aborto no está asociada a la salud materna. Su legalización sólo logra incrementar el problema del aborto inducido especialmente en las mujeres más jóvenes lo que tiene efectos negativos sobre la salud de la mujer en el mediano y largo plazo, sobre todo cuando es utilizado como método contraceptivo o de control de la fertilidad», aclaró.

Evidencia científica reciente sugiere que legislaciones no permisivas disminuyen las tasas de aborto y la morbilidad por aborto cuando se combina con políticas públicas.

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