Debo reconocer que ha sido más lo bueno que ha ocurrido en México, después del 1 de julio, que lo malo; la línea, discurso y equipo del presidente electo ha sido conciliatoria y ha abonado de manera muy importante a la calma en los mercados, y estos, lo reflejan.
Un mercado accionario que rebasa los 48,000 puntos y tasas de interés relativamente estables, un peso que cotiza debajo de $18.80; ojalá y así sigamos porque si le va bien a Mexico nos va bien a todos, aún a este nivel el tipo de cambio está devaluado. Es cierto que nuestra moneda podría apreciarse más, aunque veo complicado que eso ocurra en el corto plazo; lo que podría llevar al peso a una mayor apreciación sería un discurso impopular de que viene una reforma fiscal, una renovación del TLCAN –cosa que tampoco veo en el corto plazo–, precios de petróleo subiendo aún más, lo que tampoco se ve porque ya hay esfuerzos de la OPEP y otros países por incrementar la producción y con ello la oferta.
Las cosas que me sacan de onda y que me parecen señales encontradas, son las insistencias sobre temas como:
1) Refinerías.- Para qué hacerlas si son muy caras y es una actividad de márgenes muy estrechos, además de que sería mejor invertirlo en otro tipo de infraestructura energética; los que saben me dicen que dicha inversión debería hacerse en ductos, almacenaje y modernización de PEMEX ya que estaría mejor encaminada.
2) Reforma Educativa.- ¿De verdad quieren regresar o retroceder, en vez de seguir caminando en la dirección correcta?, México necesita como prioridad número uno una mejor educación, ya que es nuestra mayor carencia; necesitamos maestros preparados, evaluados y que las plazas no se hereden.
3) Quitar pensiones a ex Presidentes.- Eso no pinta en el gasto, es cosmético y político; alguien que fue presidente debería tener una pensión vitalicia, así es en todo el mundo.
4) Vender el avión presidencial.- De nuevo, cosmético y político, eso no pinta. El avión es el de un mandatario de una economía # 14; es un avión digno que tendrá una vida útil de 30 años; si lo regresa, debido a que está en arrendamiento, financieramente nos va a costar, sería como quien devuelve un coche con 5 meses de uso, amén de la inexistente posibilidad de que el presidente vaya al AICM o al NAIM como pasajero común y corriente.
5.- No vivir en Los Pinos.- Lo mismo, pura política, imagen y nada de fondo. El terreno y esa residencia son y deben ser como ha sido siempre, la misma para el Presidente de la Nación, así se pensó, así ha sido; reitero, eso tampoco contribuye de manera significativa al presupuesto.
Será muy interesante ver la distribución del gasto y ver de verdad en qué se puede eficientar, además del combate a la corrupción, para la asignación de recursos en programas sociales; pero sobretodo debemos estar atentos a la inversión de gobierno en infraestructura, educación, investigación, seguridad, deporte y cultura.
En los últimos años, sin excepción, es en estos temas trascendentales es en donde se ha recortado, por tanto y aplicando matemática simple: si va a haber más gasto social, ¿volveremos a ver una reducción aquí?
@juansmusi
Julio 18, 2018
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