La pobreza no está peleada con la confianza

Es necesario e imperativo reducir la brecha tan amplia que hay en un país como el nuestro. La desigualdad y la inequitativa distribución de la riqueza nos hacen hoy un país que sigue teniendo a más de la mitad de su población en pobreza. Sin duda, en 2018, con el nuevo gobierno, muchos pensamos que el cambio era para bien y aunque implicara sacrificios valdría la pena. A todos nos sacudió la abrumadora mayoría con la que llegaron al poder y era de sentido común concluir que ya lo mismo no funcionaba, había que arriesgarse y optar por alguien que siempre había prometido atender la desigualdad e injusticia.
El problema es que el costo ha sido enorme y los cambios no han ido en el sentido que debieran. El modelo altamente socialista y basado en dádivas es un sistema probado, fracasado y cuyo final ya se conoce. Esta experiencia México la vivió en los 70 y 80 y no terminó bien. Y eso que en aquel entonces Pemex no solo era rentable, daba para mantener un gasto social excesivo, hoy no solo no da, pierde, y mucho.
Hay que reducir la brecha, buscar formas para que este sea un país más justo, y eso empieza por dar más oportunidades. Educación de calidad es lo que más urge para que esas personas puedan aspirar a un mejor nivel de vida.
Con lo que hoy se tiene, y como estamos, lo que más necesitamos es dar certidumbre y confianza. Parece que estos mensajes al pueblo bueno y sabio están enfrentados o confrontados con dar certeza, cuando no deben y no tienen porque estar peleados. Dirigir el mensaje, priorizar en la agenda el gasto social y la comunicación con esa inmensa mayoría no está peleado con mandar señales positivas a la inversión nacional y extranjera.
Estoy seguro que el error más grande de esta administración fue cancelar el aeropuerto de Texcoco. Y no por la obra o por los empleos directos e indirectos cancelados, o por pagar deuda de algo que no se hizo, fue el peor error por la forma en la que se canceló, con lo que se manda un mensaje de incertidumbre total.
Pensé que con eso bastaría para que una vez cometido el error se pudiera corregir el rumbo, y no fue así. Se sigue priorizando el mensaje político y el camino a la elección en menos de tres meses. Es más importante seguir regalando dinero del poco que queda que atender con urgencia y transformar a Pemex.
Seguimos cancelando proyectos de inversión con consultas a mano alzada, seguimos peleando con las calificadoras y sugiriendo que son innecesarias cuando el mundo de las inversiones les presta atención e invierten su capital tomando en cuenta a la calificación otorgada por ellas.
Estamos deteriorando nuestra imagen haciendo modificaciones para priorizar energías limpias y un mejor sector energético que beneficiaría con tarifas más bajas al pueblo por proteger y seguir monopolizando a CFE. No solo modificaron la Ley de la Industria Eléctrica —que está suspendida de momento—, ignoraron y faltaron a contratos y capital ya comprometido, incluso violando al T-MEC. Y si esta suspensión otorgada por jueces continúa, están dispuestos ahora a modificar la Constitución.
El pésimo manejo de la pandemia y la lenta vacunación, aunado a los problemas de inseguridad, también nos han hecho caer a niveles nunca vistos el turismo. Nos urgen ingresos, inversión, proyectar confianza, que eventualmente eso signifique más dinero para el país y para los que menos tienen. ¿Porqué empeñarnos en mandar señales de desconfianza cuando los más afectados somos nosotros y los más pobres?
@juansmusi

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