Estamos viviendo hechos inéditos. EEUU se tardó después de la crisis hipotecaria en 2008 y lo que siguió devastando en 2009, casi 8 años en crear 10 millones de empleos que se perdieron. En marzo, 22 millones de norteamericanos llenaron solicitudes para recibir beneficios por desempleo, es decir en 1 mes, más del doble de lo que se creó en 8 años.
En China, desde que se tiene información estadística confiable, nunca se había contraído el Producto Interno Bruto, o sea no se tenía registro de datos negativos, el primer trimestre del 2020, fue de -6.2%. Después de un gran esfuerzo por parte de la OPEP, para que países miembros y también los que no lo son recortaran la producción en un acuerdo multianual a 10 millones de barriles, los precios del energético tienen su peor caída en la historia.
Y aquí vale la pena explicar que está pasando con el “0ro negro”. El mundo, requiere de petróleo para crecer, para movrese, para activar a las industrias, para mover al mundo. Cuando el mundo está cerrado, en casa, y desacelerando a un ritmo nunca visto, ese petróleo, esa gasolina, no se necesita, hay una sobre oferta y con ello los precios empiezan a derrumbarse.
El siguiente paso en esta abrupta desaceleración y oferta de petróleo es que se empiezan a saturar los tanques en donde se almacena y entonces ya no hay en donde guardarlo, no hay compradores y las plataformas y pozos siguen extrayendo y los tanques se empiezan a saturar. Tirarlo no es una opción, la opción es o desplazarlo o parar la producción. Llegado a este punto las cotizaciones futuras de contratos de petróleo se tornan negativas. Aclaro, no es que la mezcla mexicana valga negativo o menos de cero, o como mal informaron en casi todos los medios que te pagan para que te lleves el petróleo, no fue así.
El West Texas Intermediate que es el de referencia llegó a cotizar por debajo de los $5.00 dólares, lo cual supone que la mezcla mexican estuvo por debajo de ese precio. Lo que estuvo y probablemente siga negativo es la cotización futura partiendo de un precio positivo. Explico con la siguiente analogía: Es como si hoy comprar dólares cuesta $24 pesos y en mayo $23, en junio $22 y así subsecuentemente. Algo inédito, una cotización futura negativa, más barato en un plazo futuro que hoy.
A eso se refieren las cotizaciones negativas. A México esta situación le duele y mucho, además del ridículo que protagonizamos en la junta de la OPEP, porque los ingresos presupuestados son mucho menores. Y es en este marco de noticias terribles globales que nosotros tenemos una pesadilla local como muchos otros países emergentes que han visto degradada su calificcaión crediticia. En nuestro caso este año las 3 principales calificadoras han degradado la deuda de Pemex y también la deuda soberana. En el caso de Pemex ya dos de ellas nos han puesto en la categoría de bono basura y en la deuda soberana en una de ellas estamos arriba del grado de inversión mientras que en las otras dos, nos mantenemos uno y dos escalones arriba.
En este sombrío entorno podría y debería ser más empático nuestro gobierno federal. Primero, reconociendo la gravedad de la situación local y global y segundo destinando recursos a salvar empresas, empresarios y puestos de trabajo. La respuesta es: no hay recursos. Si hay, empezando por establecer las prioridades ante el actual entorno y destinar el dinero de Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya. Hoy, es prioritario salvar a la economía, empresas y empleos y no proyectos en la agenda presidencial que si pueden esperar.
@juansmusi
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