Más reveses para Trump.

Presenta de nuevo, lo que él presumía y afirmaba en campaña como “HUGE” y se queda “petite”, la reforma fiscal; una reforma que propone bajar los impuestos de las empresas y de las personas físicas, sí, suena muy padre y muy bonito, pero es una reforma que se queda corta en detalle.

A raíz del hartazgo mundial de la clase política –y claro que hay razones de sobra para estarlo–, surgen líderes políticos con propuestas “vacías, demagogas y populistas”; Donald Trump es uno de ellos si no es que el más grande ejemplo, ya que habla de bajar impuestos pero no de cómo cubrirá las brechas, déficit o falta de ingresos. Si hoy alguien se atreve a bajar impuestos, en el país que sea, a menos de que sea superavitario (es decir ingresa más de lo que gasta), lo puede hacer así; como no es el caso de algún país, es necesario hacer presupuestos, asignaciones puntuales y en su caso recortes.

Por lo tanto, si vas a bajar impuestos tienes que ver de dónde los recuperas, así de simple. México podría bajar el ISR, sí, pero tendría que acompañarlo de una mayor recaudación, ¿de dónde?, pues de gravar medicinas y alimentos; si no es así, tendríamos que recortar el gasto o endeudarnos más. A Trump no le van a autorizar más deuda y tampoco va a hacer recortes, entonces para llevar a cabo su “Phenomenal TAX Reform” tiene que justificar de dónde saldrán los trillones de dólares que va a dejar de ingresar la federación.

De la misma manera de la mano de esto, muy apenitas, el sábado le autorizaron un presupuesto de gasto que estuvo en riesgo hasta el último minuto y que no incluye un solo “penny”, para levantar el muro con México; ni lo paga México, ni ellos. Gracias a Dios, en ese gobierno el Congreso es un contra peso importante.

Por si fuera poco “se filtra” un rumor el miércoles pasado diciendo que EEUU se retira del TLCAN, más tarde lo desmienten para aprovechar y decir que se va a renegociar con el mejor interés de los tres países involucrados; en el inter, México y Canadá tuvimos un miércoles negro.

Creo, más no tengo la prueba, de que ellos mismos (la administración Trump), “avientan” esos rumores para ganar terreno en las negociaciones, para intimidar, jugar como le gusta a él en su tema empresarial y aplastar a la contra parte sin negociar; amén de que con ese poder, esos rumores pueden ser fuente de ingresos con la especulación financiera, en donde lo único que no hay es ética.

@juansmusi

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Fuente: Milenio

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