Mucha gente me dice que ya le da miedo leerme. La verdad es que trato de ser lo más objetivo posible y soy, quien me conoce, un optimista de naturaleza. Sin embargo, el ser optimista es una característica de mi personalidad.
Llevado a mi tema profesional y a lo que me dedico, no puedo ni debo ser optimista, debo ser realista, objetivo y buscar estar lo mejor informado posible para la toma de decisiones y para seleccionar los valores en los que invertiré el dinero de mis clientes y el mío.
En mi vida profesional no hay buenas o malas latidas, no creo en los “tips” y tampoco en la suerte. No se debe involucrar el sentimiento. En resumen, entre más informados estemos y más objetivos seamos, mejor.
Dicho lo anterior cuando uno ve lo que pasa en México y hacia donde vamos, mi optimismo sirve para no llorar, y seguir luchando, pero a la hora de tomar decisiones he preferido voltear a ver a Estados Unidos y empresas en su mayoría de esa nacionalidad, y desde luego al dólar norteamericano.
Con esa misma objetividad que vemos a las inversiones quiero decirles que no veo un México, como muchos creen, que se convertirá en Argentina o Venezuela. Simplemente creo que muchas de las cosas que están pasando y que están cambiando nos están rezagando unos cuantos años.
No tengo una bola de cristal, ni sé en donde va a parar la cadena de malas decisiones y eventualmente como terminará el sexenio y quien sucederá al actual gobierno. Viendo encuestas y leyendo sobre los comicios de junio todo parece indicar que Morena mantendrá la mayoría y sus actuales aliados PVEM y PT contribuirán a que sigan arriba del 60% en la cámara de diputados.
Sobra decir que quienes no estén contentos con esto deben votar el 6 de junio. También hay muchas gubernaturas en juego, y también la mayoría, de acuerdo a las encuestas, las van a ganar. Aquí mi optimismo me dice que la participación será mayor y que las encuestas se van a equivocar como ya ha pasado y no necesariamente ocurrirá lo que ya describí.
Objetivamente es muy probable que Morena retenga la mayoría y gane más estados. En mi último artículo un amigo me argumentaba que históricamente el gasto social con respecto al PIB se mantenía muy similar en los últimos 30 años. Y es cierto, la única diferencia es que hoy es sobre un PIB más chico o castigado y con PEMEX quebrada, antes era ella quien ayudaba con los ingresos federales. ¿Pero porqué si el gasto social es similar hoy se percibe que es mayor y la popularidad del presidente sigue tan alta? Porque este presidente se comunica y conecta mucho mejor con el pueblo. Porque hay más empatía y a pesar de que quitó guarderías, estancias, seguro popular y por la situación global y local se han perdido millones de empleos.
Esta administración pública federal vio contracción del PIB en 2019, 2020 y con el “rebote” de 5% de este año tomaría quizá otros dos para regresar a un terreno positivo y para tener un PIB similar al del 2018, quizá hasta el 2023 o 2024. La inseguridad, peor, la corrupción, peor, la inversión en mínimos, el manejo de la pandemia, fatal, 3er lugar de mortandad mundial, etc.
Y aún así hay un buen nivel de aceptación y de popularidad, insisto, es un gran comunicador y la percepción después de tanto desencanto, es positiva. Marca agenda desde la mañanera y le habla todos los días al pueblo, ya sea desde palacio nacional o echando macanazos en un parque de béisbol. Me da la impresión que a este ritmo también retendrán la presidencia, por lo que ya comenté y porque no hay oposición.
Pero creo que su sucesor, seguirá con la misma proporción de gasto social y será un hombre que también tome en cuenta la agenda que el sector empresarial y productivo necesite para crecer el empleo y por ende el bienestar. Ojalá y alguien que, priorizando estos temas, empezando por el fiscal, el más beneficiado, será el sector más marginado.
@juansmusi
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