El arte es y ha sido a través de la historia, el medio por el cual ciertos personajes podían mostrar, sus más íntimas aspiraciones, humanas, espirituales, artísticas, etc., esto casi nunca ha sido fácil, en ningún aspecto, pues está la incomprensión del público, la falta de recursos, y muchas veces el rechazo. A pesar de estos avatares, el arte es más fuerte, hace que se vuelquen en un camino incierto y fascinante. Uno de estos grandes representantes del romanticismo es Robert Schuman.
Este genial músico germano, era hijo de un publicista y editor radicado en Zwicku, Alemania, nació un 8 de junio de 1810. Cómo hemos visto a través del breve recorrido que hemos hecho, también nace con unas dotes impresionantes para la música. Su padre enseguida se da cuenta de la habilidad del niño y a pesar de que a su madre no le gustaba esta profesión, pues quería fuese abogado, hace que se dedique a lo que realmente amaba. Su padre muere cuando apenas tiene dieciséis años, así que su madre le envía a estudiar derecho a Leipzig.
El destino hizo que tuviera la oportunidad de escuchar a Paganini y eso bastó para que abandonara todo y decidiera, dedicarse completamente a la música.
Schuman se convierte en un verdadero virtuoso del piano, sin embargo su osadía e ignorancia, hicieron que perdiera esa virtud. Quiso inutilizar el uso del dedo de en medio de la mano derecha y tuvo la mala idea de atárselo para inmovilizarlo, esto le produjo una parálisis tremenda y a pesar de todo lo que hizo después para recobrarlo, fue imposible, así que se dedicó de lleno a la composición, pero este fuerte episodio le dejó atormentado el resto de su vida.
Hombre triste y depresivo, que creía que sólo en la muerte encontraría el descanso que necesitaba; silencio y paz. De temperamento difícil, tenía momentos de iluminación y alegría, por eso en su música encontramos esa ternura y fantasía. Una doble personalidad, cómo diríamos hoy.
En 1833 Schumann en colaboración con amigos funda una revista de crítica musical, que fue la primera en el mundo, en ella recuerda y alaba a muchos músicos, que a pesar de la fama de que gozaban, el público se olvidaba de ellos. Figuraban músicos cómo Beethoven, Mozart, hasta Chopin o Berlioz. En fin se convierte en un profundo conocedor y crítico musical.
En estos años Schumann se enamora apasionadamente de una extraordinaria pianista, Clara Wieck, después ampliamente conocida como Clara Schuman, hija de un antiguo maestro y qué a los once años, era ya famosa por su gran virtuosismo. Schumann la pide en matrimonio, pero no le es concedido el permiso, debido a su precaria situación económica.
Esto sirve al joven para adentrarse en sus conocimientos no sólo musicales, ya que obtiene un grado de doctor en filosofía, y a pesar de los contratiempos se casa con su gran amor y empieza a escribir sus famosos lied.
El amor de esta pareja es ejemplar, Clara le acompaña, le estimula, le protege y es su más grande admiradora e intérprete de sus obras.
A pesar de su éxito y el amor del que siempre gozó, un día sale a escondidas de su casa y se arroja al Rin. Unos marineros le vieron y lograron sacarlo con vida, pero ya sin razón. Fue trasladado a un manicomio en Bonn y ahí permaneció dos años, sombríos y sin esperanza.
La muerte llegó y acabó con su sufrimiento. Su cuerpo fue enterrado ahí mismo, en Bonn la ciudad natal de Beethoven.
Schumann una de las más altas personalidades musicales de todos los tiempos. Una personalidad que triunfa sobre los muchos dualismos que le afligen, sentimiento y realidad, humanismo y sueño, sapiencia y locura, forma y contenido de la obra de arte. Asuri De Ediciones. La Gran Música.
Escuchen la música de este compositor, dediquen algo de su tiempo para conocerla y disfrutarla, esto sin duda les descubrirá un mundo lleno de melancolía y belleza.
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